Viaje a nueva york

VIAJE A NEW YORK ABRIL 2006

- Viernes 7
Por fin nos vamos, llevamos desde navidades preparando el viaje. Volamos con Iberia. El viaje, pues como todos los que no tenemos la suerte de volar en Business, un poco incómodo, pero la ilusión de llegar lo hace más llevadero. Llegada por la noche. Tenemos la suerte de tener un amigo que vive en NYC, Jason, que nos aloja en su casa en muy buenazona: First ave. con la 80st. Nos recoge “Cleo”, una amiga dominicana de Jason. Deciden que, pese a tardar 20 min. Más, vale la pena que entremos por Brooklyn para que nuestra primera impresión sea la vista del skyline de Manhattan de noche. IMPRESIONANTE.

- Sábado 8
Llueve y hace frío. Desayunamos en “79” un típico desayuno yanqui. Huevos revueltos, salchichas, patatillas, tostadas y caféaguado a gogó. Nos ponemos las botas. Al llover decidimos ir al Metropolitan Museum. El templo egipcio, el patio de un palacio español (manda huevos que lo vendieramos a principios de siglo), la colección pictórica, etc, nos deja exhaustos. Comemos un burger con Jason antes de dar un paseo por la 6º Ave. y hacer unas compritas (Ana se compra una falda rebajada en una tienda de moda trasprobarse medio escaparate. No le saco de allí ni con cera caliente). Por la noche nos vamos a cenar a un Tailandés bueno y barato (Galanga – 149 W 4th St. entre la 6 Ave. y McDougal St., cerca de la 6 Ave. y la esquina de W 4th St) antes de ir a una estupenda sesión de Jazz en el Blue Note con Jason, Helen y su amigo hindú Jas (buen chaval, aunque conduce un tanto alocado. Acaba de cortar con sunovia y está un poco depre). El restaurante está muy cerquita. El Blue Note es caro y hay que reservar (allí también se puede cenar) pero es un clásico y cuenta con grandes músicos. Decididamente, vale la pena.

- Domingo 9
Misa Gospel en la Antioch Baptist Church. Acudimos con curiosidad tras leer las recomendaciones de los foreros y en particular el divertido y gráfico relato de losGorgonzolas. Lo que cuentan se queda corto. Más que una misa es una auténtica sesión de terapia colectiva para olvidar los problemas diarios que han sufrido y sufren los afroamericanos (los yanquis inventaron el término “políticamente correcto”) durante décadas. Cánticos, risas, palmas, actuaciones y buena música que hunde sus raíces en el jazz, blues y rock más auténtico. Hasta tres coros con suscoloridas túnicas. Uno de niños, otro de adolescentes y finalmente de adultos. Ana y yo boquiabiertos y atónitos. Los negros cantan bien y tocan mejor. Esto no es una misa. Es una auténtica y continua juerga in crescendo que alcanza su punto álgido con toda la iglesia puesta en pie bailando, cantando y dando palmas a ritmo de pandereta y guitarra fender stratocaster.
Los “guiris blanquitos”estamos arrinconados al fondo de la iglesia por orden de un cuerpo de organizadoras disfrazadas de enfermeras que velan por que la ceremonia transcurra según lo previsto. Mi torpe intento de inmortalizar este momento es rápidamente reprimido por una de las vigilantes “enfermeras” que me obliga amable pero firmemente a que enfunde la cámara (quien quiera hacer fotos, que lo haga con disimulo). Somospocos pero nos hemos contagiado rápidamente de la marcha reinante. Un par de londinenses, una pareja de alemanes, y el resto españoles: una familia visitando a su hijo, alguna pareja más y nosotros. Al final de la misa nos hacen presentarnos ante una muchedumbre de fieles enardecidos por el canto, la música y las arengas del pastor que no para de decir “amen, amen, amen” (en inglés “eimen”, quea Ana le parecía Hey man!). Nos miran con ojillos vivarachos entre curiosos y orgullosos. Si, están orgullosos de su cultura afroamericana, una especie de subcultura dentro de la ensalada racial estadounidense y que muy poco o nada tiene que ver con la cultura blanca WASP (white anglosaxon protestant). Se saben superiores en el canto, el baile y la música. Y disfrutan como enanos. Lo...