Virreinato tlaxcala

Historias de un viejo y antiguo retrato del poder

un virreinato llamado Tlaxcala
En el gobierno de Héctor Ortiz Ortiz, el nepotismo no es algo mal visto: tres de sus hermanos trabajan con él. Tampoco es extraño que con dinero público se compren bienes para ser entregados sin costo a particulares y que en ellos se instalen hospitales. Ni mucho menos que esos hospitales tengan contratos con elgobierno local. Por ello nadie se asombra de que el “gober” haya asignado a “su” gente dos tareas: colarse en diversos partidos e incluso crear dos pequeños partidos locales afines al gobernador. Qué decir, además, de la pensión vitalicia que el gobernador cobra como ex rector de la Universidad Autónoma de Tlaxcala. Y qué de los empresarios amigos que reciben contratos públicos y de muchas otrascosas más. Esta es la historia de un virreinato llamado Tlaxcala.
Fátima Monterrosa / enviada Ilustración: Marco Alberto González
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El 10 de agosto de 2005 el apoderado legal del gobierno de Tlaxcala ingresó una solicitud de compra al Servicio de Administración y Enajenación de Bienes (SAE), una dependenciadel gobierno federal, para participar en la licitación para adquirir un inmueble ubicado en la colonia San Buenaventura Atempa, en la capital tlaxcalteca. En su papel de representante legal, Orlando Santacruz Carreño adquirió las bases de la convocatoria pública DECBI Nº 08/05 y registró al Gobierno del Estado de Tlaxcala, como persona moral, para participar en la licitación de un edificio quearrastraba problemas jurídicos. Los propietarios del inmueble –con una superficie y construcción de más de 2 mil cuadrados– no pudieron pagar a Nacional Financiera (Nafin) un crédito de 8 millones de pesos. El inmueble fue embargado y entregado al SAE para su venta. El SAE decidió subastar el inmueble bajo la modalidad de Ad-Corpus, es decir con problemas legales y bajo las condiciones físicas en quese encuentre. Fue cuando Orlando Santacruz Carreño, quien actualmente se desempeña como coordinador de la fracción parlamentaria del PAN en el Congreso local, presentó al SAE una oferta económica para adquirir la propiedad. El entonces representante jurídico del gobierno cumplió todos los requisitos de la convocatoria pública e incluso realizó un depósito en garantía de 10 mil pesos, con un chequedel gobierno del estado. En la solicitud de compra pidió en caso de ganar la licitación el inmueble se escriturara a nombre del Poder Ejecutivo del Estado de Tlaxcala. Y así fue. El SAE le otorgó el inmueble al gobierno de Tlaxcala por haber presentado una oferta de 3 millones 225 mil pesos. De acuerdo con la convocatoria, el pago del inmueble y la escrituración se tendrían que realizar en unplazo de cinco días hábiles. Sin embargo, se postergó seis meses debido a los problemas jurídicos que tenía el inmueble. El gobierno de Tlaxcala encontró la salida: pagó otros tres millones de pesos a los antiguos propietarios para que retiraran la demanda que habían presentado por considerar que se les había despojado del inmueble sin razón. Una vez solucionado el problema, se solicitó al SAEformalizar la escrituración de la propiedad a favor del Gobierno del Estado de Tlaxcala. Pero 28 días después, Orlando Santacruz envió otro oficio al Administrador Jurídico del SAE para pedirle que dejara sin efecto el “anexo 1” y acreditar el inmueble a nombre de un particular: Pablo Jaime Tizatl Gutiérrez, un médico anestesiólogo acusado

laxcala, Tlaxcala.– En este estado la historia no camina nilos relojes políticos sirven, al menos no el del gobernador. El tiempo parece haberse perdido en las viejas construcciones tlaxcaltecas. El tiempo no avanza y el poder se ejerce a la antigua usanza, con añejas prácticas que en Tlaxcala siguen más vivas que nunca: nepotismo, “regalo” de bienes públicos a particulares, amiguismo, creación artificial de “partidos bonsai” afines al gobernador, entrega...