Visiones del viaje (pintores oaxaqueños)
Páginas: 16 (3763 palabras)
Publicado: 14 de abril de 2013
Viajes que conducen al arte
Jorge Pech Casanova
El primer artista oriundo de Oaxaca que alcanzó gran fama en la Nueva España fue Miguel Cabrera, nacido con probabilidad entre 1715 y 1720 en Tlalixtac o en la ciudad de Antequera. Los biógrafos de Cabrera tampoco saben con certeza en qué año trasladó el oaxaqueño su domicilio a la Ciudad de México, si bien aceptan que para 1737 ya residía enesa metrópoli, y se conserva un documento que certifica que en 1740 se casó con la capitalina María Solano y Herrera. A partir de ese año se tienen muchos datos documentados de la vida de Cabrera, pero aún se ignora dónde aprendió a pintar, pues desde su primer biógrafo se puso en duda que el oaxaqueño fuese alumno de José Ibarra, prolífico pintor nacido en Guadalajara y avecindado en la capitalnovohispana. Lo que resulta seguro es que Miguel Cabrera aprendió a pintar en México, y que su viaje a esta urbe tuvo para él influencia decisiva; no sólo le enseñó un medio social muy distinto al de su modesta Antequera, sino que le reveló el gran arte europeo. No hay que olvidar que la capital del virreinato de la Nueva España era entonces una de las principales ciudades del Nuevo Mundo, a lacual llegaban numerosos tesoros y modelos artísticos de excelencia. Cabrera tuvo oportunidad de examinar varios de estos productos de la creatividad europea (por no hablar de la imagen original de la Virgen de Guadalupe, a la cual le dedicó un conocido opúsculo), y modeló su pintura a partir de ellos. Los especialistas aún debaten si Cabrera y el grupo de pintores que lo rodearon, representan ladecadencia de la pintura novohispana o un momento muy brillante de la misma.
Un académico inexpugnable
No hubo artistas plásticos oaxaqueños que destacasen como Cabrera en el panorama nacional hasta principios del siglo XX, con la aparición de Armando García Núñez (1883-1965), discípulo de Germán Gedovius en la Academia de San Carlos. García Núñez recibió una beca presidencial en 1911 paraestudiar pintura en Europa. El oaxaqueño comenzó su itinerario formativo en Barcelona y Madrid, para después continuar su aprendizaje en París, en el Museo del Louvre. En 1914 el becario retornó a México para no volver a ausentarse del país. A diferencia de otros artistas de su generación, García Núñez decidió que su estilo se mantendría fiel al academismo, cuyos modelos más depurados analizó confervor en el Louvre. Si bien su capacidad para pintar paisajes y retratos lo mantiene como un preferido de los coleccionistas, su oposición a las nuevas tendencias pictóricas lo coloca como una figura marginal en el arte mexicano. García Núñez, en este sentido, es aún menos reconocido que el también academista Joaquín Clausell, cuyo mural “secreto” (conservado en el actual Museo de la Ciudad deMéxico) lo ubica como un admirable excéntrico del siglo XX. Con todo, no ha faltado quien revalore la pintura de García Núñez por su “rigor que raya a veces en la obsesión y preludia, de cierta manera, varios cultivos culturales que permanecen hasta nuestros días: aquello que nos podría identificar como ‘mexicanos’ es la idea que nos hemos formado de este constructo cultural llamado el terruñomexicano”. Así, las experiencias madrileña y parisina le sirvieron a García Núñez para asignar a su pintura un sentido nacionalista, mientras que las lecciones aprendidas en sus minuciosas observaciones de la colección del Louvre determinaron que considerase una traición al arte, prácticamente, las tendencias nacionalistas y politizantes del muralismo mexicano, el cual se desarrolló al parejo que lapasajística del oaxaqueño.
El primer postmoderno mexicano
Muy diferente fue el camino que tomó un contemporáneo más joven de aquel inexpugnable academista. Rufino Tamayo, nacido en la ciudad de Oaxaca en 1899, tuvo que convertirse en vecino de la capital mexicana en 1911, al morir su madre. Los parientes de Rufino del Carmen se lo llevaron a la capital, a una vecindad de la colonia Guerrero....
Jorge Pech Casanova
El primer artista oriundo de Oaxaca que alcanzó gran fama en la Nueva España fue Miguel Cabrera, nacido con probabilidad entre 1715 y 1720 en Tlalixtac o en la ciudad de Antequera. Los biógrafos de Cabrera tampoco saben con certeza en qué año trasladó el oaxaqueño su domicilio a la Ciudad de México, si bien aceptan que para 1737 ya residía enesa metrópoli, y se conserva un documento que certifica que en 1740 se casó con la capitalina María Solano y Herrera. A partir de ese año se tienen muchos datos documentados de la vida de Cabrera, pero aún se ignora dónde aprendió a pintar, pues desde su primer biógrafo se puso en duda que el oaxaqueño fuese alumno de José Ibarra, prolífico pintor nacido en Guadalajara y avecindado en la capitalnovohispana. Lo que resulta seguro es que Miguel Cabrera aprendió a pintar en México, y que su viaje a esta urbe tuvo para él influencia decisiva; no sólo le enseñó un medio social muy distinto al de su modesta Antequera, sino que le reveló el gran arte europeo. No hay que olvidar que la capital del virreinato de la Nueva España era entonces una de las principales ciudades del Nuevo Mundo, a lacual llegaban numerosos tesoros y modelos artísticos de excelencia. Cabrera tuvo oportunidad de examinar varios de estos productos de la creatividad europea (por no hablar de la imagen original de la Virgen de Guadalupe, a la cual le dedicó un conocido opúsculo), y modeló su pintura a partir de ellos. Los especialistas aún debaten si Cabrera y el grupo de pintores que lo rodearon, representan ladecadencia de la pintura novohispana o un momento muy brillante de la misma.
Un académico inexpugnable
No hubo artistas plásticos oaxaqueños que destacasen como Cabrera en el panorama nacional hasta principios del siglo XX, con la aparición de Armando García Núñez (1883-1965), discípulo de Germán Gedovius en la Academia de San Carlos. García Núñez recibió una beca presidencial en 1911 paraestudiar pintura en Europa. El oaxaqueño comenzó su itinerario formativo en Barcelona y Madrid, para después continuar su aprendizaje en París, en el Museo del Louvre. En 1914 el becario retornó a México para no volver a ausentarse del país. A diferencia de otros artistas de su generación, García Núñez decidió que su estilo se mantendría fiel al academismo, cuyos modelos más depurados analizó confervor en el Louvre. Si bien su capacidad para pintar paisajes y retratos lo mantiene como un preferido de los coleccionistas, su oposición a las nuevas tendencias pictóricas lo coloca como una figura marginal en el arte mexicano. García Núñez, en este sentido, es aún menos reconocido que el también academista Joaquín Clausell, cuyo mural “secreto” (conservado en el actual Museo de la Ciudad deMéxico) lo ubica como un admirable excéntrico del siglo XX. Con todo, no ha faltado quien revalore la pintura de García Núñez por su “rigor que raya a veces en la obsesión y preludia, de cierta manera, varios cultivos culturales que permanecen hasta nuestros días: aquello que nos podría identificar como ‘mexicanos’ es la idea que nos hemos formado de este constructo cultural llamado el terruñomexicano”. Así, las experiencias madrileña y parisina le sirvieron a García Núñez para asignar a su pintura un sentido nacionalista, mientras que las lecciones aprendidas en sus minuciosas observaciones de la colección del Louvre determinaron que considerase una traición al arte, prácticamente, las tendencias nacionalistas y politizantes del muralismo mexicano, el cual se desarrolló al parejo que lapasajística del oaxaqueño.
El primer postmoderno mexicano
Muy diferente fue el camino que tomó un contemporáneo más joven de aquel inexpugnable academista. Rufino Tamayo, nacido en la ciudad de Oaxaca en 1899, tuvo que convertirse en vecino de la capital mexicana en 1911, al morir su madre. Los parientes de Rufino del Carmen se lo llevaron a la capital, a una vecindad de la colonia Guerrero....
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