vislumbres de gloria


UNA VISLUMBRE DE GLORIA

Durante años he tenido la práctica de deslingarme de lo que se haya dicho o escrito acerca de mí. Si pusiera atención a los que me critican, o a los que me aúpan, rápidamente seria destruida. Nunca he considerado que soy la mejor mujer predicadora que se conoce en el mundo. En efecto, nunca pienso que soy "predicadora". Esa es la razón por la cual nunca me aplico eltítulo de "Reverenda". Realmente no me considero predicadora. Créanme. Sólo soy alguien que ama las almas. Amo a la gente. Quiero ayudarlo. Así du simple es el asunto.
Ayudar a las personas es lo más satisfactorio que hay en el mundo. "Usted no tiene que ser una Kathryn Kuhlman para ayudar a la gente. La meta de todo cristiano, de todo renacido, ser ayudar a la gente. Los hijos de Dios nacenpara servir. Eso fue lo que hizo Jesús. Vivió para servir. Si usted es una persona, hombre o mujer, que ha nacido de nuevo, también sentirá la responsabilidad de servir y ayudar a la Es lo más provechoso que hay en el mundo.
En la última Navidad, entre las tarjetas y regalos que recibí había una pequeña tarjeta en la cual aparecía un San Nicolás grande. Me la había enviado una niña de 12 años deedad. Loa médicos habían dicho que tal vez ella no estaría viva en la Navidad. Habían querido amputarle la pierna a causa de un cáncer. Poro ella me envió la tarjeta, y en ella había escrito las siguientes palabras: "Estoy viviendo para ver esta Navidad, y aún tengo dos buenas piernas, porque Dios contestó la oración, y usted me ayudó." No puedo describir las lágrimas que derramé por esa tarjetade Navidad. Fue el regalo más grande que recibí. Algunas personas colocan ángeles en la punta de sus arbolitos de Navidad. Otras colocan bellos adornos. Pero yo recibí el más bello de todos los regalos. Así que coloqué la tarjeta de la niñita en la misma punta de mi arbolito.
¿Fue una recompensa? No hay manera de comprar lo que yo sentí.
Cuando salgo al escenario en los grandes servicios demilagros, comprendo que allí en el auditorio están sentados hombres y mujeres que muchos de ellos, ésa es su última esperanza. Los médicos se han rendido. La ciencia médica dice que no hay esperanza. Pero yo veo más allá de la sanidad física. Comprendo que la sanidad espiritual es mayor que la física. Así que, aunque creo en los milagros, sé que es mucho más importante hacer una invitación a lasanidad espiritual, pues ésa puede ser su última oportunidad.
La sanidad física es muy secundaria, créanmelo. Bien uno puede vivir y morir con un cuerpo enfermo, sin haber sido sanado físicamente. Pero cuando llegan los últimos, momentos, y el Espíritu Santo está hablando al final de un servicio, siempre recuerdo que la sanidad espiritual es mucho más importante que la mayorsanidad física. Es maravilloso ver un cuerpo sanado de cáncer. Es glorioso ver a un hombre o a una mujer que se levanta de una silla de ruedas, y ver cómo empujan vacía a esa silla, de ruedas por el pasillo. Pero hay algo que es mucho más grande: la experiencia del nuevo nacimiento. En los últimos momentos de un gran servicio, me pongo de pie y hago un llamamiento a pasar al altar,y comprendo que, espiritual-mente, puede haber algunos que están recibiendo el último llamamiento de Dios. Y lo que está en juego es el destino de esa alma. Ese, mis amigos, es el sentimiento más pavoroso. Es entonces cuando se siente realmente la gran responsabilidad. Y cuando se apagan las luces del gran auditorio, mi única preocupación es que si habré dado cada gramo de fuerza que yotenía, que tal vez hubiera podido hacer algo más de lo que hice —no en cuanto a realizar milagros, porque yo no realizo milagros, sino en cuanto a llamar a hombres y mujeres para que acudan a Jesucristo.
Claro que hay una responsabilidad cuando se trata de aquellos que acuden en busca de sanidad física. Y yo soy tan humana que puedo decir que la responsabilidad es tan grande que...