A un año de la muerte de zamudio

A un año de la muerte de Zamudio…, y seguimos igual.

Sí, como muchos pueden recordar, ya ha pasado un año de la brutal tortura que dio muerte a Daniel Zamudio. El asesinato guiado por la homofobia no dejó indiferente a nadie. La ira y el rechazo se hicieron sentir de inmediato, desde el parlamento hasta las alamedas. Todos dijeron a viva voz que no se podían seguir tolerando y quedar impuneeste tipo de acto discriminatorio. Ahora bien, cuando nos referimos a “tipo de acto” claro está que sólo apunta a la agresión física, puesto que excluir al otro pareciera no ser considerado un acto discriminador.

En el parlamento rondó durante mucho tiempo la hoy conocida “Ley antidiscriminación”, ley con la cual festejaron desde los más liberales a los más conservadores. Sonrisas no sólo seveían en la cara de militantes de la izquierda, sino también de la derecha. Y es que pareciera que la foto fue perfecta, ambos sectores políticos coincidían en que no se podían seguir tolerando actos que pasaran a llevar a una parte de la sociedad que ha estado excluida durante largo tiempo. Las banderas multicolores salieron a celebrar este primer triunfo para decir “BASTA” a la discriminación,obviando, como siempre, que esto va más allá de aquella ley.

Si bien es bastante confortante el pensar que hoy en día si golpean a un homosexual va a ser juzgado el culpable del acto con medidas un poco más duras por el hecho de cometer el delito bajo tintes homofóbicos, nada asegura, claro está, que por dar discurso guiados por la homofobia correrá el mismo riego. El cardenal Medina es un deejemplo de estos últimos meses: criticó a la homosexualidad y la tildó como el free-pass al infierno. ¿Alguno de los sonrientes parlamentarios dijo algo al respecto?, que yo recuerde… no; y aunque alguno hubiese “hozado” contrariar a “su santidad”, claro está que no hubiese servido de nada, pues el Estado ampara este tipo de comentarios porque existe la “libertad de expresión”, libertad que parecenolvidar cuando corremos más que caballo de carrera frente a gordos verdes que lanzan gases lacrimógenos. Fue esta “libertad de expresión” la que dejó a Medina impune de sembrar odio en la sociedad, además de la llamada “Ley Zamudio”, pues no abarca que sujetos como “el iluminado” hagan este tipo de declaraciones. Y es que esta ley si bien permite demandar a un motel por no abrir sus puertas para queuna pareja del mismo sexo abra sus piernas candentemente bajo el sudor del placer sexual, no da pie para demandar a un individuo que utiliza la “libertad de expresión” con el fin de que parte de la sociedad siga siendo excluida como siempre, aún cuando se hacen los mayores intentos posibles para que esto no se genere.

Ahora bien, Medina no es el único caso; hechos homofóbicos han marcado laagenda social constantemente, ya sea por una charla de “reconversión” o por un personaje tan patético como “Tony Esbelt”. Pero el tema va más allá. Resulta que vivimos bajo un Estado que se ha encargado de ser constantemente un discípulo de la homofobia. El Estado de Chile ha disfrazado su homofobia con la “ley antidiscriminación” para que no lo “hueveen” más. Así, tal cual: “Si el colita quieremarchar por su orgullo, que lo haga durante un rato; y si quiere que se castigue con un año de presidio más al que le pega, bueno ahí tiene un papel legal”. Pero si ese “colita” hoza pedir igualdad de derechos…, que cruce la cordillera. ¿No es algo irónico? Chile está lleno de ironía, y esta no es la excepción. Dicen que los homosexuales no pueden ser discriminados por ningún motivo, pero si deseancasarse bajo la venia del Estado “laico”… el infierno es de ellos; ¡y ni hablar de la adopción de niños! Resulta que dentro de estas ironías chilenas, para hablar de estos temas los parlamentarios de diversas bancadas se sientan muy tranquilamente con los altos cargos de distintas religiones, aún cuando vivimos en un Estado laico, por lo que la opinión de la religión “x” debería dar exactamente lo...