F lix Mar a Samaniego
EL MUCHACHO Y LA FORTUNA
A la orilla de un Pozo,
Sobre la fresca yerba,
Un incauto Mancebo
dormía a pierna suelta.«Gritóle la Fortuna:
Insensato, despierta;
¿no ves que ahogarte puedes,
a poco que te muevas?
Por ti y otros canallas
a veces me motejan,
los unos deinconstante,
y los otros de adversa.
Reveses de Fortuna
llamais a las miserias;
¿por qué, si son reveses
de la conducta necia?
A LA ZORRA Y LACIGUEÑA
Una Zorra se empeña
en dar una comida a una Cigüeña;
la convidó con tales expresiones,
que anunciaban sin duda provisiones
de lo más excelentey exquisito.
Acepta alegre, va con apetito;
pero encontró en la mesa solamente
jigote claro sobre chata fuente.
En vano a la comida picoteaba,pues era para el guiso que miraba
inútil tenedor su largo pico.
La Zorra con la lengua y el hocico
limpió tan bien su fuente, que pudiera
servir defregatriz si a Holanda fuera.
Mas de allí a poco tiempo, convidada
de la Cigüeña, halla preparada
una redoma de jigote llena;
allí fue suaflicción, allí su pena;
el hocico goloso al punto asoma
al cuello de la hidrópica redoma,
mas en vano, pues era tan estrecho,
cual si por la Cigüeña fuesehecho.
Envidiosa de ver que a conveniencia
chupaba la del pico a su presencia,
vuelve, tienta, discurre,
huele, se desatina, en fin se aburre;marchó rabo entre piernas, tan corrida,
que ni aun tuvo siquiera la salida
de decir: estAn verdes, como antaño.
También hay para pícaros engaño.
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