M. Administración

REVISTA GPS ECONÓMICO
NRO. 5

Costos hundidos y la falacia del Concorde
por Florencia Roca

Lo que pasó, pasó.
Una conocida regla en Finanzas consiste en ignorar los costos hundidos al momento
de tomar decisiones de inversión. Erogaciones que forman parte del pasado -y que no
pueden recuperarse- son consideradas “hundidas”, en una metáfora que ilustra que han
quedado fuera de nuestrocontrol.
El razonamiento económico detrás de esta regla es simple: si estos costos se han ido,
y ningún curso de acción permitiría recuperarlos ¿por qué deberían ellos afectar nuestra
decisión? Sea cual fuere el camino elegido, ese dinero no volverá. No hay nada que
podamos hacer que lo reintegre a nuestro bolsillo. La decisión debe estar basada entonces
en otros factores, en otrasconsideraciones que efectivamente contribuyan al éxito del
emprendimiento.
Un ejemplo citado con frecuencia es el de un estudio de mercado. Una compañía lo
encarga porque se propone lanzar un nuevo producto, y desconoce por completo la
probabilidad de que el mismo sea aceptado o rechazado. Contrata a una consultora
especializada en el tema, paga sus honorarios y aguarda los resultados. Un tiempo después,la consultora presenta sus conclusiones: el producto es percibido como de mala calidad,
tiene sustitutos a mejor precio, no cubre las expectativas del consumidor típico para el que
fue diseñado. En estas condiciones, existen poderosos argumentos para dudar del éxito del
negocio. Sin embargo, los honorarios pagados a la consultora fueron altísimos. ¿Debería
igualmente la empresa seguiradelante con el proyecto, con la intención de recuperar en
algún momento tales honorarios? La regla financiera afirma rotundamente que no. El único
efecto que podría provocar invertir más dinero sería perder más dinero.
Los anglosajones usan para estos casos una expresión equivalente a “tirar buen
dinero detrás del malo” (“throwing good money after bad”). Su ámbito excede a las
empresas,apareciendo en más de una decisión de la vida cotidiana. Por ejemplo, ¿por qué

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deberíamos gastar 100 dólares para reparar una vieja licuadora, si es posible comprar una
nueva por 50? ¿Es esto válido aunque la hayamos pagado 500 dólares y ahora una idéntica
se consiga por 50? Claro que sí. Tal vez los 500 dólares fueron una mala inversión, pero 100
adicionales pararepararla lo serán también.
En ejemplos como el de arriba, la regla parece obvia. ¿Quién sería tan irracional de
actuar de otra manera? La teoría económica tradicional, de hecho, lo entiende así. En ella,
los individuos son racionales y maximizan sus funciones de utilidad. El presupuesto de
racionalidad, a su vez, se ve plasmado en modelos económicos de distinto tipo.
Los costos hundidos son,frecuentemente, contrapuestos a los costos marginales o
incrementales. Un “actor racional” va a ignorar completamente los primeros y considerar
sólo los segundos, que son los relevantes para cualquier decisión de inversión. En una
empresa manufacturera, por ejemplo, los costos marginales dependen de algún modo del
volumen de producción; en tanto que los costos hundidos nunca desaparecen, así elvolumen sea cero.

¿Demasiado bueno para ser real?
Si usted está pensando en algún caso en el que su accionar fue diferente al de los
ejemplos anteriores, no está solo. Los proponentes de Behavioral Finance han notado que,
en más de una oportunidad, las decisiones de negocios se toman fuera de lo que sería
considerado racional, en términos económicos. Y han observado estos comportamientoscon tanta frecuencia, que no creen que puedan ser considerados una “anomalía” o una
simple excepción que confirma la regla.
El mismo ejemplo de la licuadora, llevado a otra escala, nos deja algunas dudas.
Supongamos que el bien en cuestión no es un pequeño electrodoméstico sino una planta
industrial, en la cual se han invertido 30 millones de dólares y 5 años de trabajo. Quien
debe tomar la...