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Páginas: 12 (2823 palabras)
Publicado: 15 de julio de 2015
El Romanticismo Femenino
Coral Herrra Gómez, Doctora en Humanidades y Comunicación Audiovisual, experta en
Teoría de Género (feminismos, masculinidades, queer)
El amor romántico entre dos personas constituye una utopía emocional colectiva, porque por
definición el deseo es aquello que nos mueve a alcanzar algo que no poseemos; por ello siempre,
o casi siempre, va acompañadode frustración. El amor romántico es un sentimiento
idealizado que utilizamos para calmar nuestro miedo a la vida y a la soledad; es un
amor insaciable y además no es un fin en sí mismo, sino un medio para ser feliz,
para autorrealizarse, para huir de la soledad que nos acompaña toda la vida, o
para sentir emociones que nos hagan sentir vivas.
Nuestra cultura amorosa occidental es hija de la granola romántica del XIX, una época en la
que los hombres eran ciudadanos de pleno derecho y las mujeres meros objetos de deseo. Como
si de una droga se tratase, a través de la figura de la mujer idealizada los enamorados
emprendían su búsqueda hacia el conocimiento, hacia la trascendencia, la belleza sublime, la
felicidad eterna. La imagen estereotipada del romanticismo que compartimos proviene deuna
época de abundante creatividad literaria y artística en la que los hombres son los
artistas que escriben, que piensan, que pintan, esculpen y aman, y las mujeres son las
amadas, damas distantes que provocan dolor. Los románticos no se enamoraban de
campesinas o de proletarias, sino de princesas, mujeres etéreas confinadas en espacios
asfixiantes, féminas imposibles de alcanzar por diversosmotivos (están casadas,
comprometidas, están reservadas a hombres de mayor rango...).
La posición del sujeto femenino en el Romanticismo fue muy contradictoria, porque, pese a las
ansias de libertad e igualdad de los románticos, estos seguían (continuando con la cerrazón de la
Ilustración) refiriéndose al sujeto masculino al hablar del ser humano. El sujeto
femenino en realidad era objeto de deseo, dedevoción, más que sujeto de pleno derecho, como
sucedió en el siglo XII con las damas del “amor cortés”, objetos de deseo y
admiración encerradas en palacios y castillos.
Por una parte, el Romanticismo parecía fomentar la participación de las mujeres mediante la
revalorización del sentimiento y la individualidad, que hasta entonces habían sido considerados
despreciativamente como cosas de mujeres,debilidad del espíritu, flaqueza de voluntad. Así, fue
un gran avance que los hombres comenzaran a hablar el lenguaje sentimental de las mujeres y lo
embellecieran, pero de algún modo se reapropiaron de ese mundo, en el que brillaron
como grandes artistas, relegando a las poetas, pintoras y escritoras románticas al
anonimato o a esconderse tras pseudónimos masculinos. Fue el caso de AmandineAurore Lucile Dupin, que triunfó como George Sand. Los intelectuales románticos a menudo se
burlaron de las creadoras, minimizaron el impacto de sus obras, y criticaron con saña su
condición de mujeres cultas. Sin embargo, a nuestros días han llegado las novelas de Mary
Shelley, las Hermanas Brönte, Jane Austen, lo que demuestra que las mujeres escribían grandes
novelas de amor. Aquí se hicieron unhueco en la literatura, entre otras, Rosalía de Castro,
Carolina Coronado o Emilia Pardo Bazán.
Según el estudio de Susan Kirpatrick (1991), las mujeres encontraban difícil asumir la pasividad
a las que se las confinaba como objeto de deseo; su necesidad de verse como sujetos estaba en
contraposición a la norma social de la mujer encerrada en el ámbito doméstico, sin posibilidad
de vivir aventuras,de trascender su mundo, de dirigir libremente sus pasos hacia la felicidad, o
hacia la belleza, o hacia el amor. Por ello algunas escritoras románticas pusieron al
descubierto en sus novelas la falsedad y la naturaleza opresiva del modelo de la
subjetividad femenina como ángel doméstico.
Con respecto a las lectoras románticas, Gilles Lipovetsky analiza en La Tercera Mujer (1999) los
Coral...
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