Agamenon y su porquero La verdad y el Poder
Agamenón y su porquero.
Notas sobre la verdad del poder y el poder de la verdad1
Jorge Larrosa
Universitat de Barcelona. Departament de Teoria i Història de l’Educació
thjlb06d@d5.ub.es
Resumen
A partir del apólogo con el que Antonio Machado inicia su Juan de Mairena, este texto
pretende suscitar algunas reflexiones sobre la construcción política, social y pedagógicade
«la verdad» y de «la realidad». La tesis que se ensaya es que para combatir la verdad del
poder y la realidad del poder hay que combatir también el poder de la verdad y el poder de
la realidad. Y, a partir de ahí, imaginar qué puede significar «educación» una vez abandonado el principio de la verdad (o la verdad como principio) y una vez perdido el sentido de
la realidad (o la realidad comosentido).
Palabras clave: verdad, realidad, poder, educación.
Abstract
This text tries to raise some reflections, about the political, social and pedagogical construction of «truth» and «reality», from the apologist with which Antonio Machado begins
his Juan de Mairena.
The thesis which is tried is that in order to fight against the truth of power and the reality of power we have also to fight againstthe power of truth and the power of reality. And
from there, it is tried to imagine what can mean «education», once abandoned the principle of truth (or truth as a principle) and once lost the sense of reality (or reality as sense).
Key words: truth, reality, power, education.
Sumario
De la realidad de la mentira
a la mentira de la realidad
Sobre creyentes y agnósticos
Breve historia de larealidad
El uso de la realidad
Y ahora ¿qué?
1. Este trabajo fue leído como conferencia en el V Seminario Internacional de Reestructuración
Curricular organizado por la Secretaría Municipal de Educación de la ciudad de Porto
Alegre (Brasil) en julio de 1998.
54 Enrahonar 31, 2000
Jorge Larrosa
La verdad es la verdad, dígala Agamenón o su porquero.
Agamenón: —Conforme.
El porquero: —No me convence.Antonio MACHADO / Juan DE MAIRENA
Juan de Mairena, el autor del libro cuyas primeras palabras he colocado en el
encabezamiento de este texto, es uno de los treinta y seis heterónimos o apócrifos inventados por Antonio Machado. Como Machado, también Juan de
Mairena era poeta y profesor, pero no profesor de francés en un instituto, sino
profesor de retórica, de poética y de filosofía en la EscuelaPopular de Sabiduría
Superior de una ciudad provinciana a la que asistía un grupo variopinto de
adolescentes. Escéptico en sus convicciones, heterodoxo en su palabra, enormemente cordial en el trato y estrictamente socrático en su pedagogía, Juan
de Mairena nos ha dejado unos magníficos apuntes de sus clases en las que la
habitual grandilocuencia metafísica y sublime con la que suelen tratarselos
grandes problemas vitales y culturales está a menudo contrapunteada con el
cinismo ingenioso, socarrón y saludable de figuras bajas y populares como
Perogrullo, Gedeón, Badila, gitanos, artesanos, personajes de la calle o de los
cafés, o el anónimo porquero de Agamenón.
Como buen profesor de retórica y de poética, y también de filosofía, Juan
de Mairena coloca en el encabezamiento de los diariosque recogen los avatares de sus cursos un apólogo sobre la verdad2. Y el apólogo comienza con una
sentencia pronunciada no sabemos por quién o escrita no sabemos dónde que
distingue limpiamente entre el «ser» de la verdad y el «decir» de la verdad.
El «ser» de la verdad está formulado tautológicamente: «la verdad es la verdad»: como quien dice «la verdad es verdadera» o «el ser verdad de laverdad
está en su propia condición de verdadera». Pero la duplicación de la palabra
verdad en ese enunciado no es del todo inocente, puesto que hace que la sentencia funcione implícitamente como un imperativo. «La verdad es la verdad»
puede traducirse como «hay que aceptar la verdad porque es verdad» o «hay
que inclinarse ante la verdad por su propia condición de verdadera». Eso de
«la verdad es la...
Regístrate para leer el documento completo.