La selva del Amazonas, que le da el 20 por ciento del agua dulce al planeta y gran parte del oxígeno, estará casi perdida en 40 años. Según la Red Amazónica de InformaciónSocioambiental (RAIS), las presiones y amenazas que pesan sobre este ecosistema continental, extendido por nueve países (entre ellos Colombia), están llevando a que los paisajesde selva, diversidad socioambiental y agua dulce sean reemplazados por áreas degradadas. Entre el 2000 y el 2010 se talaron 240.000 kilómetros cuadrados de bosques, extensiónequivalente a todo el territorio del Reino Unido. Ya hay un arco de deforestación que se extiende desde Brasil y hasta Bolivia y una zona de presión hídrica y explotaciónpetrolera en la Amazonia andina. Todo esto arroja una conclusión: "si los intereses económicos que avanzan allí se concretan (zona que además cobija al río Amazonas), esta seconvertirá en una sabana con sólo islas de bosque; y en 20 años tendríamos sólo el 45 por ciento de lo que hoy existe", concluye RAIS.
Esta y otras preocupaciones también están enla agenda del Panel Internacional en Ambiente y Energía en la Amazonia, compuesto por una decena de expertos de Brasil, Perú, Ecuador, Uruguay y otros países del continente, quedesarrolló su sesión anual la semana pasada en Bogotá. Uno de sus principales voceros, el excontralor ambiental y exdirector de la Organización del Tratado de CooperaciónAmazónica (Otca), y actual coordinador para el cambio climático de la Agencia de Cooperación Alemana (GIZ), el colombiano Francisco Ruiz, dice que lo que se está haciendo en laAmazonía, en lo relacionado con obras de infraestructura y proyectos mineros es un absurdo. "Nos estamos jugando el futuro de la selva húmeda tropical más importante de la Tierra".
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