Artículo 1
matrimonio homosexual
José Barroso Figueroa*
Sumario: 1. Introducción. 2. El interés prevalente en la
adopción. 3. Recepción en el ámbito internacional de la
adopción homogenérica. 4. Estudio crítico y estrictamente
jurídico de la regulación en el Distrito Federal de la adopción
por pareja homosexual. 5. Conclusiones.
1. introducción
S
olamente unas breves palabrassobre el matrimonio homosexual: el problema que plantea la recepción legal del matrimonio homosexual, debe considerarse, en última instancia, como un tema de libertad. Nos parece claro que la
decisión de cada quién de constituir una comunidad de vida con otra persona
– sea del mismo o diferente sexo – constituye un derecho inalienable, personalísimo, que por tanto no puede ser afectado. Se tratade un derecho que evidentemente se inscribe dentro de los fundamentales del ser humano y que en el
ámbito legislativo nacional queda claramente encuadrado dentro de lo dispuesto
por el párrafo tercero del artículo 1º de la Constitución Política Federal, cuyo
texto prohíbe toda discriminación motivada, entre otras causas, por “las preferencias” del individuo, entre las cuales, obviamente, está lasexual. En opinión de
Martínez Morales, el párrafo tercero en cita, al prohibir cualquier clase o variante
* Profesor titular “C” tiempo completo y Secretario General de la Facultad de Derecho de
la Universidad Nacional Autónoma de México.
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Seminario de Derecho Civil
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de discriminación, está reiterando
la parte inicial del mismo artículo 1º,
queconsagra para todo individuo, el
goce de las garantías que otorga la
Constitución.1
Concordantemente, la Declaración
Universal de los Derechos Humanos
(de 10 de diciembre de 1948), de la
cual México es parte, establece en su
artículo 16.1 que los “hombres y las
mujeres, a partir de la edad núbil, tienen derecho, sin restricción alguna
por motivos de raza, nacionalidad o
religión, a casarse y fundaruna familia…”; aunque la parte final del texto
transcrito se refiere a restricciones
derivadas de motivos específicos, al
iniciar la disposición refiriéndose a “los
hombres y las mujeres” y señalar que
no puede serles restringido el derecho
a casarse, lo que está consagrado en
el fondo es la más amplia libertad para
la persona de contraer matrimonio con
quién mejor le parezca2.
Dos cuestiones alas que vale la
pena hacer alguna referencia, son las
que a continuación referiremos.
La primera, es que la denominación matrimonio cuando se adjudica a la unión de personas del mismo
sexo, suele generar una reacción de
instintivo o más bien irreflexivo rechazo, por parte de amplios sectores de la
sociedad contemporánea, que si bien
1
Cfr. MARTÍNEZ MORALES, Rafael I.
Constitución Política delos Estados Unidos
Mexicanos. Quinta Edición. Oxford, University, Press. México. 2009. P. 1.
2
La cuestión se reduce a este planteamiento: ¿constituye o no una facultad de todos individuo, la de formar una comunidad de
vida con cualquiera persona de su agrado?
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no tendrían empacho en aceptar tales
uniones como parte de la realidad
social, en cambio abominan que se les
llameprecisamente matrimonio. Y es
que tal vocablo se ha referido desde
siglos atrás a la unión de pareja hombre–mujer. De asomarnos al Derecho
Romano percibiremos que las definiciones de matrimonio más connotadas, lo caracterizan como una unión
heterosexual; así lo hacen, por ejemplo, tanto Modestino como Justiniano3.
Y es que la palabra matrimonio
lleva implícito un sentido femenino:
“La palabra matrimoniumse usaba
normalmente para referirse a mujeres
(por ejemplo, in matrimoium dare –
o ducere o collocare – filiam suam
‘dar a su hija en matrimonio’), de un
hombre, la expresión usual (para decir
‘casarse, tomar una esposa’) era uxorem ducere ‘conducir a una mujer’4.”.
3
Según Modestino (D. 23.2) “Nuptiae
sunt coniunctio et feminae consortium
omnis vitae, divini et humani iuris comunicatio. ‘el...
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