Autonomia
El joven, a medida que crece, va ganando progresivas porciones de independencia con respecto a su familia, pero tal autonomía nunca llega a ser completa como lo harían presumir algunas de sus actitudes externas. Estas actitudes son las que habitualmente englobamos conceptualmente en el vocablo rebeldía. Pero será bueno aclarar que el adolescente esmucho más rebelde en apariencia que en la realidad de sus sentimientos más profundos. Ello se debe, ante todo, a una de las características definitorias de la etapa: el adolescente que reclama -a veces con violencia- su libertad, es el mismo que no puede eludir su dependencia real, a la que se ve irremediablemente sometido por una cultura progresivamente compleja y de exigencias crecientes.
Porsu parte la familia contribuye a esta situación ambigua, Horrocks (1957) ha expresado adecuadamente que "la familia del adolescente es, al mismo tiempo, fuente de seguridad y de dificultad". La seguridad obtenida por el joven de su grupo familiar tiene el contrapeso del freno que necesariamente implica para el desarrollo independiente, por su propia estructura y por las vicisitudes emocionalesque plantea.
El hecho, coextensivo con la señalada ambigüedad, es el de una cultura que por un lado idealiza la obediencia y el respeto a los mayores y a las instituciones por ellos creadas, pero a la vez se muestra hipercrítica con respecto a las resultados obtenidos, y valoriza la independencia. El resultado no puede dejar de ser muy confuso, y conduce con cierta frecuencia a situacionesdesagradables.
A mediados del siglo XX, en los E.E.U.U. de Norteamérica, y especialmente en las ciudades de menor población, los rasgos familiares más señalados eran "la confianza, el afecto y el compañerismo" , pero también, y en proporciones próximas a las de éstos, "la discordia" (Horrocks, 1957). En esa misma época se suponía que los hogares sin conflictos graves coincidían con adolescentes quecontaban con sus padres y que permanecían fieles a los mandatos de éstos, mientras que de los jóvenes de hogares con severas desavenencias, demasiada rigidez o excesiva permisividad, se esperaba que presentaran características diametralmente opuestas.
Hoy entendemos las cosas de otra manera: el lugar de inserción del adolescente en su grupo familiar es aquel espacio conflictivo en el que se dael interjuego entre lo sociocultural y lo intrapsíquico. Por otra parte la zona de conflicto adolescente-familia está condicionada por diversos factores, entre los cuales resulta importante destacar la necesidad del joven de rechazar las figuras parentales, por imperio de la inevitable caducidad de los viejos modelos de identificación, y como defensa ante la reactivación de la situación edípica. Ensu caída, las figuras parentales arrastran a otros miembros de su misma generación o de las más próximas: tíos, hermanos y primos mayores, docentes, ministros religiosos, etc. Tal vez la imagen menos afectada por este rechazo generalizado sea la de los abuelos, sobre todo si no conviven con el adolescente, y siempre que no tengan conductas intrusivas en la vida de aquel. Por otra parte, si eladolescente conservara intactas las imágenes idealizadas de los padres, tal como habían sido deificadas en la infancia, se vería imposibilitado de crecer. Por lo tanto los ídolos necesariamente deben ser derribados.
Desde la óptica parental semejante situación será necesariamente vivida como realmente agresiva. A la vez los padres se ven compelidos a renunciar a quince años de hábitosdisciplinarios y a una idealización muy satisfactoria para su autoestima. Como veremos algo más adelante, estos progenitores muy posiblemente están en plena crisis de la edad media de la vida, durante la cual uno de los rasgos más sobresalientes es precisamente la desestabilización de la autoestima. Con estos datos no puede llamar la atención que la situación hogareña quede al borde de alcanzar condiciones...
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