Bear Greg La Radio De Darwin
LA RADIO DE DARWIN
NOVA
Título original: Darwin's Radio
Traducción: Pedro Jorge Romero
1a edición: septiembre 2001
© 1999 by Greg Bear
© Ediciones B, S.A., 2001
Bailén, 84 - 08009 Barcelona (España)
www.edicionesb.com
Printed in Spain
ISBN: 84-666-0512-6
Depósito legal: B. 699-2001
Impreso por PURESA, S.A.
Girona, 206 - 08203 Sabadell
Presentación
Empezaré esta presentación comentandouna idea que me ha parecido sugerente e interesante. La expone Gary K. Wolfe, uno de los más autorizados comentaristas de la revista Locus, al introducir su reseña sobre LA RADIO DE DARWIN de Greg Bear, la interesante novela que hoy presentamos.
Wolfe viene a decir que, en las últimas décadas, la ciencia ficción ha desarrollado una curiosa relación con el thriller tecnológico de la literaturageneral (mainstream) y del cine. Por una parte, comenta Wolfe, los escritores de best-sellers, desde Ira Levin a Michael Crichton, han aprendido a tomar prestado de la ciencia ficción alguno de sus temas centrales, reducirlos a su esencia, y usarlos para propulsar un melodrama frenético de busca y captura, repleto de suspense, conformando así un thriller de gran éxito en el que obtener pingüesbeneficios gracias a los derechos subsidiarios para cine, televisión, merchandising y un largo etcétera.
Dice Wolfe que el truco consiste en que el contenido de ciencia ficción de esos thrillers debe ser mínimo y ha de poder quedar reducido a sólo dos palabras: «Hitler clonado», «meteoro gigante», «dinosaurios clonados», «bicho espacial», etc. Éstos son sus ejemplos, y, evidentemente, nos recuerdanfamosas películas de gran éxito como LOS NIÑOS DEL BRASIL, METEORO, PARQUE JURÁSICO O ALIEN.
Pero en la buena literatura de ciencia ficción, dice Wolfe, los mejores autores, que han dominado el arte del ritmo narrativo y la adecuada caracterización de personajes que corresponden a un buen thriller, quedan tan enamorados de esas ideas especulativas que difícilmente permiten que se reduzcan a la regla delas «dos palabras». Los buenos autores de la mejor ciencia ficción profundizan en las complejidades del nuevo asunto que, sin duda, para una mente despierta y alerta, no se reducen a la anécdota que desencadena la trama y mantiene la acción. Quizá por eso, añado yo, la buena ciencia ficción, no esquemática y reflexiva, tiene menos éxito popular que el cine que no teme usar ideas de cienciaficción, siempre y cuando pueda reducirlas y simplificarlas en esa curiosa ley de las «dos palabras» que formula Wolfe. Por desgracia, la complejidad, aún cuando satisfaga a una mente curiosa, no necesariamente ha de resultar popular.
En realidad, ya nos decía hace años el bueno de Isaac Asimov que la literatura de ciencia ficción es la que estudia la «respuesta humana a los cambios en el nivel de laciencia y la tecnología», y ésa es la base misma de la capacidad especulativa del género, lo que algunos han denominado el «condicional contrafáctico», ese intento de responder al «qué sucedería si...» de tantas y tantas hipótesis que la ciencia ficción ha imaginado a lo largo de su trayectoria. El problema (si es que de eso se trata...) es que la buena ciencia ficción se complace en ahondar en esasideas y extrapolaciones, no las reduce a un esquema simplista de dos palabras, y se adentra con valentía en el ignoto territorio inexplorado que acaba de abrirse. No todos son capaces de seguir ese discurso, y demasiados acaban prefiriendo la versión vulgarizada que ofrecen algunos autores de best-sellers que se conforman con esquemas como «Hitler clonado», «meteoro gigante», «dinosauriosclonados», «bicho espacial» y poca cosa más.
Sin embargo, hay algo que Wolfe olvida añadir y que me parece esencial para comprender esa distancia casi abismal entre el thriller del best-séller al uso y el de la buena ciencia ficción.
Es curioso constatar el gusto que algunos de esos autores de best-sellers (y el mundillo de Hollywood en particular) parecen tener por la catástrofe y el terror. Esos...
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