Hoy vamos a comenzar por el Jazz, por el principio de los principios, por eso de: “en un principio era la nada más absoluta, el desierto, el vacío, el no res..... y de repente surgió el Jazz.”Pues no, resulta que no fue así sino que, más o menos, aconteció que: “En un principio era el pueblo negro, llevado en galeras a Estados Unidos para hacer de mano de obra más-que-barata en las plantacionesde algodón, propiedad de los también emigrantes, pero de piel distinta, procedentes de Inglaterra, Irlanda, Francia, etc... el trabajo es duro, la nostalgia de la tierra de la que han sido arrancados está presente, cantan en los campos de algodón mientras trabajan y, a través de estos cantos, expresan su melancolía, su tristeza, su “blues”. El Blues es una amalgama de sentimientos, la rabiacontenida incluída.Por otra parte, los misioneros blancos les adoctrinan en los principios de la religión luterana, incluídos los cantos propios del culto. Los negros se aprenden las letras, pero las cantan a su manera, dándoles unas acentuaciones rítmicas novedosas, y así surge el Gospel (espirituales negros)En 1865 Abraham firma la abolición de la esclavitud. En la práctica tarda en notarse, pero síque permite que en las ciudades grandes los negros tengan un poco más de libertad, libertad que exteriorizan a través de nuevos instrumentos: cornetas, que luego pasarán a ser trompetas, clarinete, trombón y tuba, banjo, tambor y bombo con un platillo. A través de estos instrumentos, y con el sustrato musical anterior (Blues y Gospel), aparecen las primeras composiciones de Jazz. Ello ocurre enNueva Orleans, al sur de los Estados Unidos, en la desembocadura del Misisipi, en la llamada tierra de Dixie (Dixieland).Las palmas que acompañaban los cantos espirituales son sustituidas por los redobles de tambor y las puntuaciones de bombo; las entonaciones, el vibrato, las inflexiones y demás efectos vocales, propios de los cantantes de blues, son reproducidas por los músicos con sus nuevosinstrumentos, y así poco a poco el Jazz va tomando forma. Desde su nacimiento, el Jazz creció y se desarrolló ligado al baile. De la misma forma que los negros africanos identifican totalmente sus cantos con sus danzas, los negros norteamericanos nunca han separado su música del baile.En los primeros años del Jazz, en Nueva Orleans los desfiles y pasacalles eran seguidos siempre por una multitud quedanzaba alrededor de la orquesta. Entre estas orquestas, empezó a sonar con esplendor el jovencísimo Louis Armstrong. En los locales nocturnos, como los Honky Tonks y Barrelhouses, el pianista o la orquesta de turno tocaban siempre para que el público bailara. Cuando el Jazz se introdujo en el Music-Hall, las orquestas tocaban para acompañar los números de baile de las “chorus girls”(chicas delcoro). En todos los cabarets donde se tocaba Jazz había una pista de baile. Son famosos los enormes locales, como el Savoy Battroom de Harlem, en Nueva York, donde centenares de parejas bailaban al son de las mejores orquestas de Jazz.Hace unos cuarenta años, los blancos inventaron el concierto de Jazz, donde esta música se escucha muy a menudo en refinadas y severas salas de concierto sin que estépermitido el más ligero movimiento o muestra de entusiasmo. Esto ha hecho que el Jazz perdiera gran parte de la popularidad que antes tuvo.Para un músico de Jazz no hay nada mejor que tocar para bailarines. El jazzman ve en la danza el reflejo de su música. Así, del mismo modo que en el Jazz existe una pulsación rítmica que llamamos swing, en el baile este se manifiesta por los movimientos dinámicosy flexibles de los bailarines, que con sus evoluciones, estimulan la inspiración del músico.El Jazz, pues, se puede bailar con swing o al contrario: de manera rígida y envarada, es decir, sin swing.Entre músicos y bailarines ha existido siempre una inspiración mutua. Así, por ejemplo, los «Tap Dancers» (bailarines de claqué), a menudo reproducen con su «zapateado» los redobles de la batería y...
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