Capitulo 4
1. 1 La crítica de la inducción
En el capítulo 3 hemos tenido ocasión de señalar que la mayoría de
los empiristas han valorizado la metodología inductivista a fin de sortear el
riesgo de caer en un escepticismo paralizante. Asimismo, hemos destacado
que la legitimidad de las inferencias inductivas, aun dentro de sus limitadas
pretensiones de proporcionarconocimientos provisorios y falibles,
depende, en última instancia, del Principio de Inducción.
Pero al mismo tiempo hemos hecho notar que la justificación de tal
Principio pone en un serio aprieto a los empiristas. Porque no se trata de
una verdad lógica, y tampoco puede justificarse por medio de una
inferencia inductiva a partir de la experiencia sensible, pues, en tanto tiene
alcance universalrequeriría, a su vez de un Principio de Inducción que
legitimara esa generalización. Esta es, precisamente, la objeción esencial
que Karl Popper agita en contra de la legitimidad de la inducción.
Contemporáneo de los empiristas que desarrollaron la concepción
inductivista de la ciencia durante el siglo XX, Popper abrigaba
convicciones muy afines, pero al mismo tiempo mantenía serios
desacuerdos con ellosacerca de algunos temas cruciales. La coincidencia
fundamental residía en que Popper también era empirista, porque
consideraba que, en última instancia, las teorías científicas deben juzgarse a
la luz de sus consecuencias observacionales. La disidencia, no menos
fundamental, surgía precisamente en torno al papel de la inducción en la
vindicación del conocimiento. El rasgo más original de la filosofíade
Popper radica en la idea de concebir la construcción de la ciencia no como
la búsqueda de las teorías más confirmadas sino como la eliminación de las
que resulten erróneas. Él pensaba que de ese modo el empirismo podía
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desembarazarse de la supuesta imprescindibilidad de las inferencias
inductivas. Pero antes de adentrarnos en su peculiar propuesta volvamos
por un momento a sucuestionamiento de la inducción.
Los inductivistas sabían tan bien como Popper que el Principio de
Uniformidad no podía justificarse por medio de un círculo vicioso y que
todo intento de justificarlo apelando a un Principio de Inducción de orden
superior conduciría finalmente a un regreso infinito. Como hemos dicho en
su momento, las razones para apegarse al Principio eran, sobre todo, de
carácter pragmático.Hans Reichenbach había sostenido: “La totalidad de
la ciencia acepta sin reservas el principio de inducción, y nadie puede dudar
de este principio en la vida corriente”. Popper responde que la totalidad de
la ciencia podría estar equivocada, que el Principio de Inducción lleva a
incoherencias y es superfluo, de manera que la ciencia no lo necesita.
Los inductivistas sabían que por su propianaturaleza ninguna
inferencia inductiva particular, y tampoco el Principio de Inducción,
pueden garantizar la verdad de una proposición inferida a través de su
empleo. Por ese motivo, precisaban que las inferencias inductivas, si bien
no aseguran la verdad de la conclusión, aumentan la probabilidad de que
sea verdadera. Popper cuenta con dos réplicas para este planteo y las
desarrollaremoscontinuación.
En primer lugar, si la inducción se entiende en el sentido de que, por
ejemplo, el incremento del número de casos de cuervos negros registrados
hace más probable la conclusión de que todos los cuervos son negros (en
lugar de decir que la hace verdadera), entonces el Principio de Inducción
debería ser reformulado en términos de probabilidad. Debería decir algo
así: es probable que la naturaleza secomporte de acuerdo con
regularidades. Y aquí se repetiría una variante del problema de la regresión
infinita que se presentaba con la versión original del Principio, pues si se
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dijera que el principio modificado es sólo probable, debería justificarse por
medio de otro principio probable de orden superior y así sucesivamente.
Por otra parte, Popper cuestiona con argumentos matemáticos la...
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