cirujia
La gestación del león (y el tigre),como mito y luego tópico, se efectuó en la cultura asiática; nacido, migró a Grecia, donde creció y se desarrolló con amplitud.10 Como tópico literario es de carácter poético, no retórico; es decir, su esfera es la naturaleza antonomásticamente representada, no los acontecimientos de la vida; se nutre no del mundo de la experiencia y la razón, sino de sueños, de nostalgias y anhelos; añoranzas,quizá, de un mundo armónico ---una Edad de Oro-- presidido por el hombre.
El combate físico, largo y penoso del hombre contra los otros seres hostiles e imponentes de la naturaleza y la victoria definitiva de aquél fueron alegorizados en la lucha y victoria de Hércules sobre el león de Nemea. Al vencedor le siguieron representando vestido con la piel del vencido --atuendo que se extendió entre reyes yguerreros, recuerdos a un mismo tiempo de su triunfo definitivo y de la permanente amenaza.
Cuando pasaron los siglos de la primitiva barbarie, los hombres se establecieron en comunidades civilizadas; en el esplendor de éstas, el poeta perdió el prístino fervor épico y combativo y soñó sueños de reconciliación pacífica; descubrió mayor virtualidad alegórica en un león que no por la pujanza de unHércules, sino por propia inspiración, deponía su fiereza y reverenciaba y obedecía al hombre. En este nuevo talante estético de armonización pacífica, Orfeo y Anfión sustituyeron a Hércules, la lira a la clava, la música sosegada al estruendo del combate, las canciones de paz a las de guerra; se cantaba al hombre, a quien el león acataba por la excelencia no de sus fuerzas, sino de su espíritu:su carisma.
En Orfeo y Anfión se alegorizaba el triunfo del hombre sobre sí mismo ---como diría Horacio-- sobre su primitiva barbarie; es decir, su capacidad civilizadora, la humanización de sus costumbres y el refinamiento de sus facultades.11 El poeta cantó a la música como la gran civilizadora, y al inventor de la lira --en unas versiones, Hermes; en otras, Orfeo-- le honró y ensalzó por supoder de encantar a los reinos mineral, vegetal y animal. Pausanias (en 9, 5, 8) cuenta haber leído un viejo poema sobre Europa donde se hablaba de Anfión como el primer arpista, que aprendió con Hermes, cuyas canciones atraían hacia sí las piedras y las bestias. En Eurípides podemos encontrar el primer documento directo del grandioso séquito de Orfeo, a quien las rocas, árboles y fierasacompañaban, cautivadas por sus canciones y melodías.12 El mágico poder de estos tres personajes, Hermes, Orfeo y Anfión, mereció los inspirados versos de Horacio. De Orfeo, sagrado y carismático, nos dice que apartó a los hombres silvestres de la criminal matanza, por lo que se creyó que ablandaba la rabia de los tigres y los leones
Silvestres homines nacer interpresque deorum
Dictus ob hoc lenire tigrisrabidosque leones (Ars, 19193).13
A Mercurio le honraba como inventor de la lira, por su poder para mover los tigres y las selvas y detener las corrientes de los ríos; de Anfión recuerda la fundación de Tebas y cómo movía a su arbitrio las piedras, con su lira y dulces ruegos.14Otros poetas latinos recrean el motivo para celebrar la grandeza carismática del personaje cantado en sus poemas. En...
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