desarrollo sustentable
El desarrollo sostenible en su necesaria dimensión global.
Algunas propuestas
Esteban Arlucea
Universidad del País Vasco
Profesor de Derecho Constitucional
Facultad de Ciencias Sociales.
Barrio de Sarriena, s/n. Lejona. 48940 Vizcaya
juanesteban.arlucea@ehu.es
1.
ESTADO DE LA CUESTIÓN
La evolución de lo que hoy conocemos comosociedades desarrolladas ha sido un
progresivo corte de amarras con aquello que nos ha ligado a nuestra condición última de seres vivos en un sentido natural. La singularidad de la especie humana sobre
el resto (centrada fundamentalmente en su capacidad de raciocinio) ha sido entendida, a su vez, como posibilidad y necesidad de distanciamiento de los nexos comunes
con la heterogénea familia bióticaque puebla el planeta. Asistimos, con toda intensidad, al «desencantamiento de la naturaleza» (Entgötterung der Natur en palabras de
Schiller, Entzaüberung der Welt para Weber), a la pérdida de su enigmática magia.
Autores como Hatcher han llegado a afirmar que «la percepción de su dominio acrecienta la sensación de superioridad humana, reduciendo, a su vez, la importancia de
todas las demásespecies» (Hatcher, 1996, 62) y así se ha formado una creencia prácticamente absoluta de que la civilización (ante todo, la occidental) ha roto, por fin, su
dependencia de la naturaleza (Schumacher, 1987, 89). Hemos dejado de ser ya esos
«indefensos esclavos de la naturaleza» (Dávila, 1991, 77), aunque, por el contrario,
hayamos podido caer en esa otra enfermedad metafísica consistente en nosentirnos
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ESTEBAN ARLUCEA
parte de la misma, sino más una fuerza externa destinada, precisamente, a su dominio y conquista (Schumacher, 1987, 14).
Esta necesidad de distancia ha permitido poder hablar del ser humano como de
un ser vivo situado en la posición de un observador ajeno al resto de la biodiversidad
y en un paulatino proceso de extrañamiento del cosmos. Desde este momento, seha
dado el paso a una polarización cualitativa de la vida en este planeta. De un lado, el
calificado como homo sapiens1; frente a él, el mundo biótico y abiótico que lo circunda. El resultado ha sido que este proceso polarizador se ha solidificado hasta el
extremo de haberse perdido la conciencia de los orígenes y naturaleza mismos de ese
ser humano erróneamente concebido como autosuficiente ydueño de todo. Desde
esta perspectiva es posible, pues, diferenciar tres grandes etapas en la historia de las
sociedades (Hatcher, 1996, 57 y ss.):
a) cuando el ser humano toma de la naturaleza cuanto necesita, pero los ciclos
naturales corrigen casi inmediatamente los ligeros cambios que han ocurrido,
b) cuando empieza a emplear recursos a un ritmo más rápido de los que la naturaleza empleaen renovarlos, y
c) el estadio en el que se depositan residuos que la naturaleza no puede absorber,
eliminar o corregir al mismo ritmo que se producen.
Paralelamente nuestra concepción sobre la Tierra ha ido evolucionando. De considerarse terra mater pasó en un, históricamente hablando, breve período de tiempo, a
ser considerada sólo un sistema más o menos complejo de fenómenos naturales yhumanos aislados, siendo hoy día mayoritariamente considerada (al menos en una vertiente formal, pues el actuar diario discurre todavía por otros derroteros bien distintos)
como el hogar a proteger y compartir con las generaciones futuras, habiendo superado momentos en los que no pasaba de ser un recurso a usar y explotar y en su fase posterior, como un recurso en riesgo de degradación (Catizzone,1999, 9). Como apuntaba Paris, «la naturaleza, antes que se piense en protegerla para el hombre, debe ser
protegida del hombre» (Paris, 1985, 310), de manera que todavía nos hallamos en las
antípodas de esa «comunidad biótica» que el profesor de la Universidad de Wisconsin, Aldo Leopold, bautizara en la primera mitad del siglo pasado como «Land Ethic».
1
Aunque ha de observarse que el...
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