Desarrollo
Chambacú es ya una mitología pero también la prueba incontrovertida de la segregación que ha sufrido y sufre Cartagena de Indias. Ayer corral de negros como le llamaraManuel Zapata Olivella, hoy, lote de engorde y emporio de grandes negocios de los poderosos de la ciudad. La situación se repite en Tierra Bomba, La Boquilla, Bocachica, Bazurto, en fin, todosterritorios de población afro mayoritaria. Los mecenas de la modernidad no los quieren allí y más bien, son vistos como un estorbo para el desarrollo inaplazable.
Hace unos años un alcalde se atrevió adeclarar de utilidad pública las propiedades del barrio Chino bajo la sofisticada excusa de promover un proceso de renovación urbana en dicha zona; ello implicaba ofrecer a los negros que han habitadoese barrio tradicional de Cartagena unos cuantos millones de pesos para construir en lugar de sus viviendas empobrecidas edificios de apartamentos de estrato 20 pues les queda fácil a los gobernantesy al gran capital, resolver sobre las vidas y los intereses de los excluidos. Afortunadamente ese primer intento fracaso.
Al contrario de lo anterior, en Bazurto que es un crisol de africanía,bajo los afeites de la recuperación del mercado público, se gesta un nuevo desplazamiento de la población afro colombiana dedicada al comercio callejero. En efecto la iniciación de las obras del tramocorrespondiente del sistema de transporte masivo ¨Transcaribe¨, ha precipitado el desalojo de cientos de vendedores estacionarios que en un 60% están constituidos por población afro descendientesegún se constató en encuesta aplicada por la Red afro en el año 2.008, sin que el Distrito tenga previsto un plan que promueva la integración efectiva y eficiente de estos comerciantes informales a loscircuitos económicos estructurados de Cartagena.
En la Boquilla y en otros territorios ancestrales de la gente afro viene pasando un fenómeno similar bajo la mirada indolente de la ciudadanía...
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