Deseo y rivalidad
Maximiliano Gonnet
Como es sabido, la teoría de René Girard se presenta como una teoría de lo religioso en tanto estructurante de todo orden cultural. Esto indica, en primer lugar, que el fenómeno religioso es planteado aquí como constitutivo del hombre, y no solamente como el resultado contingente de ciertas formas de organización social. Girardpretende estar hablando, y en esto se fundamenta gran parte de sus aspiraciones “científicas”, de un mecanismo, el mecanismo mimético, que explica no solamente la dinámica “interna” de las religiones, sino también (esto es lo que le interesa propiamente al autor) la evolución misma de las culturas. Desde este punto de vista, por lo tanto, no hay un “afuera” de lo religioso, es decir, un ámbito deexperiencia cuyo funcionamiento no esté propiciado por lo que el autor denomina “mecanismos miméticos de apropiación”.
En el presente trabajo intentamos mostrar algunos elementos de tal mecanismo que nos permitan dar una “definición” de lo que Girard entiende por “deseo”. Para ello podemos comenzar analizando el sentido especial en el cual el autor habla de “mimesis” y, concretamente, de “mimesisde apropiación” y de “rivalidad mimética”, conceptos que, si bien están en una relación de continuidad con el concepto platónico de imitación que determina, según Girard, todo el pensamiento occidental posterior, dan cuenta principalmente de una “dimensión adquisitiva” que se le habría escapado a Platón, y no sólo de una dimensión “representacional”. En efecto, se trata, según el autor, deresaltar la imitación no como algo concerniente a determinados tipos de comportamiento, determinados discursos (artísticos, históricos, por ejemplo), sino como el motor mismo de todas las formas culturales. En una de las primeras páginas de “Acerca de las cosas ocultas desde la fundación del mundo” leemos lo siguiente:
“En los comportamientos humanos no hay nada, o casi nada, que no sea aprendido; ytodo aprendizaje se reduce a la imitación. Si de pronto los hombres dejaran de imitar, todas las formas culturales se desvanecerían”.
La radicalidad de esta cita nos permite comprender cuál es el punto de partida del autor, al tiempo que preanuncia la concepción del deseo con la cual nos vamos a encontrar más adelante. Decir que todo comportamiento es mimético no quiere decir poner el“simulacro” en lugar de la “diferencia”, la “copia” en lugar del “original”, si por tales entendemos nada más que formas de representación. Lo que aquí está en juego es más bien la idea de que los comportamientos miméticos “reales” están en la base de toda posible representación, y que toda “ciencia del hombre” que se precie de tal consistirá necesariamente en “señalar las modalidades de ese comportamientomimético”. Modalidades que, según el autor, tienen el carácter de rivalidades, de conflictos provocados por la convergencia de dos o más individuos hacia un único objeto . El punto es precisamente que tal convergencia se da, la mayoría de las veces, de manera conflictiva, violenta, y no de manera pacífica. Por lo cual lo esencial no es, según Girard, resaltar el aspecto gregario del hombre alprecio de renunciar a mostrar esta violencia originaria y fundante, sino más bien poner en un primer plano esta rivalidad y el peligro que, llevada al extremo, ella implica (la indiferenciación total, la lucha de todos contra todos, lo que el autor denomina “crisis mimética”), para luego considerar los mecanismos mediante los cuales tal crisis es superada o, al menos atenuada o diferida (los mitos,los rituales y las prohibiciones).
En la crisis mimética, que es inicialmente esta rivalidad por el objeto de la que hablamos, se encuentra la mayor “amenaza” (no sé si este término es el más adecuado, en tanto parece suponer que hay un algo previo que se vería amenazado) o la más vívida experiencia de la cercanía de la imposibilidad de instaurar todo orden, entendiendo por “orden” lo que en...
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