Eco Poli
1. Introducción La utilización de leyes de defensa de la competencia o antimonopolio ha sido común en los países desarrollados desde hace décadas. Durante este proceso se han generado debates acerca de la eficacia con que se han diseñado estas normas y respecto de su aplicación en la práctica. Una parte importante del debate conceptual se ha centrado en las bondadesdel llamado paradigma de "estructura-conducta-desempeño". Quienes lo han apoyado entienden que la estructura de los mercados influye sobre la conducta de sus actores y, por lo tanto, afecta el desempeño. En este contexto, era casi natural dar un paso más para concluir que la concentración en los mercados debía ser castigada per se. La facilidad para aplicar en la práctica estos conceptos hizo muypopular entre los jueces y organismos de control administrativo la utilización del paradigma. Con probar la concentración de un mercado en base a índices cuantitativos podía bastar para condenar a una empresa por violaciones a la legislación antimonopolio. Asimismo, cualquier medida que facilitara la concentración debía ser condenada. Sin embargo, en la literatura sobre el tema se ha criticado estasimplificación. No es válido utilizar como referencia en la política antimonopolio la definición de competencia que hacen los libros de texto. Existen varias dimensiones en las cuales es posible competir y no hay ninguna razón a priori para preferir la competencia vía precios a otras formas alternativas. Tampoco es consistente el razonamiento implícito en el paradigma. Un mercado puede estarconcentrado porque las firmas más grandes son más eficientes. Preferir un mayor número de empresas puede resultar en mayores costos y, por lo tanto, en un menor nivel de bienestar social. Además, los supuestos en que se basa esta teoría tienen algunas inconsistencias y existe escasa evidencia empírica sólida que los avale. A pesar de ello, la aplicación de la legislación de defensa de la competenciaha continuado aceptando como válidas conclusiones que no son siempre correctas, quizás por la mayor complejidad de las explicaciones teóricas más modernas acerca de los oligopolios u otras formas de mercados no competitivos, o porque la legislación se ha utilizado también para defender a los competidores de una firma dominante, en lugar de preocuparse del bienestar de los consumidores o de lasociedad en su conjunto. Sólo recientemente, la Corte Suprema de Justicia de los Estados Unidos ha comenzado a reconocer algunos elementos nuevos y a aceptar la legalidad de algunas conductas que antes eran condenadas. Desde un punto de vista económico debería haber consenso en que el objetivo de la legislación antimonopolio debería ser la maximización del bienestar social, y que el Estado deberíapreocuparse por defender los intereses de los consumidores1. Sin embargo, este objetivo no aparece claramente explicitado en las leyes de los países desarrollados, donde se mezclan otros propósitos que pueden colisionar con el anterior: la defensa de las empresas pequeñas,
1 Ver Bork (1978) y Paredes (1991) para un argumento de este tipo.
DOCUMENTO DE TRABAJO N° 44 1
DEFENSA DE LA COMPETENCIAexcepciones para el desarrollo de determinados sectores. Esta colisión de intereses puede ayudar a explicar algunas aparentes contradicciones de la legislación. En las próximas secciones se resumirá este debate teórico y su aplicación práctica en diversos países. 2. El problema conceptual2 La preocupación acerca de los problemas que generan los monopolios u oligopolios se ha manifestado desdehace varias décadas, tanto a nivel académico como a nivel de la legislación. La reducción en la cantidad ofrecida al mercado por quienes poseen una posición dominante en el mismo, y el consiguiente impacto sobre los precios perjudica a los consumidores y genera una pérdida de eficiencia económica. El gobierno debería intervenir en este contexto para evitar estas consecuencias negativas, tratando...
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