El estado evaluador
Mónica Marquina
mmarqui@ungs.edu.ar
INTRODUCCIÓN
Luego de una primera generación de evaluaciones enmarcadas en lo que Neave denominó “Estado Evaluador” (1991), asistimos a un momento en que los diferentes países han comenzado arevisar las formas que se han dado para el aseguramiento de la calidad de sus sistemas, entre otras razones para dar respuestas a los procesos de convergencia iniciados con la Declaración de Bolonia (Westerheijden, 2001).
En estos ajustes, el fin de rendición de cuentas tiende a predominar por sobre el mejoramiento como propósitos primordiales de los sistemas de evaluación externa, en función demayores exigencias locales por mostrar transparencia y calidad. Por tanto es posible identificar en las dos últimas décadas una transición que va de un momento de “primera generación” con un carácter de autorregulación académica hacia otro de “segunda generación” cuya principal característica es una tendencia a la uniformidad (Harvey, 1999; Westerheijden, 2001; VanDerWende y Westerheijden, 2001).El propósito del trabajo es mostrar qué formas han adquirido estos cambios, a partir de un análisis comparado sobre seis sistemas nacionales de evaluación de la educación superior: Estados Unidos, México, Colombia, Holanda Suecia y Nueva Zelanda. Se sostiene como hipótesis orientadora que en materia de educación superior estamos frente a un “segundo round” de Estado Evaluador, con característicasespecíficas, a partir de cambios en el status de las agencias, en el propósito de las evaluaciones, ajustes de los criterios y nuevas pautas para actuación de pares evaluadores. En estos cambios, es posible advertir una tendencia a mayor control de los procesos de evaluación por parte de los gobiernos con la consecuente pérdida de control por parte de las instituciones. Más allá de su alcancelimitado a seis casos específicos, este estudio comparado intenta reflexionar sobre posibles implicancias para nuestro sistema de evaluación. Se trabaja desde una posición teórica que sostiene que sólo procesos participativos y democráticos de evaluación por parte de las instituciones posibilitan un real mejoramiento de la calidad de la educación superior.
ALGUNAS CUESTIONES CONCEPTUALES Y DECONTEXTO
A principios de los ´90 Guy Neave desarrolló el concepto de “Estado Evaluador” para referirse al análisis de fenómenos sucedidos en la educación superior europea a fines de los ´80, en los cuales los gobiernos dotaron de mayor autonomía a las instituciones para el control de sus procesos, pero a la vez instalando sistemas de evaluación para juzgar el uso de dicha autonomía atendiendo a losresultados obtenidos.
En este marco se desarrollaron la mayor parte de los sistemas de aseguramiento de la calidad en los diferentes países, incluyendo a América Latina. A diferencia de Europa continental, el proceso en este último caso se dio con las particularidades propias de los sistemas de la región de tradición reformista, caracterizados por altos grados de autonomía de origen. El conceptode “Estado Evaluador” permitió durante diez años reflexionar sobre la convergencia de los procesos de evaluación en marcha en sistemas de educación superior con diferentes tradiciones hacia un modelo heterónomo (Schugurensky, 1999), poniéndose el principal foco en las implicancias para el desarrollo institucional autónomo con procesos “controlados a distancia” por los gobiernos.
Pasados más dediez años, es posible identificar la emergencia de un Estado Evaluador de “segunda generación” de sistemas de evaluación (Harvey, 1999; Westerheijden, 2001; Van Der Wende y Westerheijden, 2001), en virtud de ciertos cambios que se explican en este trabajo a partir de seis experiencias concretas. Este segundo ciclo se ubica en un contexto diferente del de aquella primera etapa, en el que prima un...
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