El poder de la productividad
Macario Schettino se dedica al análisis de la realidad, en particular la de México, desde una perspectiva multidisciplinaria: so...
Más de Macario Schettino
El libro del que le platicaré hoy no es reciente, se publicó hace ya cinco años, pero yo me enteré de su existencia hace apenas unos meses, cuando, en una discusión acerca de productividad, el responsablede la Cofeco, Eduardo Pérez Motta, se refirió a él
Martes 01 de marzo de 2011
Se trata de The Power of Productivity de William Lewis, director emérito del McKinsey Global Institute. Se trata de un libro escrito por un consultor dirigido a los lectores de periodismo económico, de manera que su repercusión en la academia ha sido prácticamente nula, y es una verdadera desgracia.
Lo que presentaLewis en su libro es el análisis sectorial realizado por McKinsey en diversos países en el transcurso de 12 años. Los estudios incluyen a Estados Unidos, Japón, Corea del sur, Alemania, Francia, Reino Unido, Suecia, Holanda, Brasil, Rusia e India, y tienen su origen en una paradoja percibida por Lewis a fines de los años 80. En aquel tiempo el mundo entero estaba convencido del decliveestadounidense (¿le suena?) y de su inminente sustitución por Japón en el liderazgo económico mundial. Sin embargo, Lewis se dio cuenta de que, a pesar de lo que todo mundo creía, Estados Unidos seguía siendo el país con el PIB por habitante más elevado del mundo. Y aunque esta medición no es exactamente la productividad, se le parece mucho, de forma que parecía muy extraño que Estados Unidos fuese al mismotiempo el país más productivo del mundo y estuviese a punto de ser desbancado por Japón.
Los estudios realizados por el equipo de Lewis en los siguientes años mostraron que, efectivamente, Estados Unidos seguía siendo el país más productivo, en promedio, aunque hubiese varias industrias en las que otros países eran mejores. En el libro, Lewis va presentando los resultados de estos estudios (quepueden consultarse gratuitamente en www.mckinsey.com/mgi/) y deriva de ellos conclusiones sumamente interesantes, que van en contra de la sabiduría convencional, pero también de una buena proporción de los sabios estudios académicos de los economistas.
Desde el prólogo, Lewis establece diez conclusiones del estudio: 1) Es necesario hacer estudios sectoriales para entender el desempeñoeconómico; 2) las diferencias en los mercados de productos son más importantes que las que existen en mercados de capital y trabajo; 3) el Consenso de Washington menospreció la competencia económica, y por ello no ha dado los resultados esperados; 4) la educación, por el contrario, ha sido sobreestimada, y su impacto en la productividad no es tan relevante; 5) lo mismo ocurre con la inversión, que noprovoca crecimiento, al revés: es el desempeño de la economía lo que atrae la inversión; 6) las medidas sociales de los gobiernos distorsionan la economía y reducen la generación de riqueza, hay que escoger entre ellas; 7) los gobiernos grandes destruyen la economía; 8) las élites son responsables de la existencia de esos gobiernos grandes, porque de ahí extraen beneficios para ellos; 9) la inversiónextranjera debe ser promovida y no obstaculizada; 10) lo más importante en la economía no es la producción, sino el consumo.
Si usted no ha dejado de leer después de esta lista, ni se ha alterado, vuelva a leer. Buena parte de las conclusiones van en contra de ideas fuertemente establecidas en el imaginario nacional, y mundial. De hecho, no dudo que muchos de los lectores ya se hayan formado en lamente el calificativo de “neoliberal” para el señor Lewis, y por extensión, para este columnista. Si así fue, habrán dejado de pensar, y eso no ayuda.
Y es que el asunto es peor de lo que parece. Lo que Lewis logra encontrar, por ejemplo, es que en Japón la indudable productividad de la industria automotriz y la del acero son superadas por la mediocre productividad del sector construcción y...
Regístrate para leer el documento completo.