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Las cosas que él exhumó no solían verse como un tesoro en todo: pedazos de roca, una servilleta, una forma de peces abrelatas. Pero"si se profundiza lo suficiente en las cosas que usted tiene", dice Bird, un curador del museo, "hay realmente una historia mucho más rica de lo que le ocurre a simple vista en la superficie."
Los Estados Unidos, resulta que era una nación de saqueadores informal desde el principio. Los visitantes de Mount Vernon rompió astillas de las molduras, bañistas en Massachusetts cincelados pedazos decuerpos de roca de Plymouth, los turistas cortado con tijeras de tela de las cortinas de la Casa Blanca. A principios del siglo 19, los periódicos se referían a la caza de recuerdos ilícito como "manía nacional."
Bird piensa que la práctica era tan popular, ya que permitía a cualquier estadounidense, independientemente de su posición social, para conectarse con la historia de la nación. "Si elpasado se podía tocar", dice, "podría ser erosionado, excavado, arrastraron fuera y talló en trozos de tamaño de bolsillo, dando forma a las personas, lugares y eventos que permanecían siempre en el acto de posesión." En contraste, recuerdos fabricados en serie, dice, "sólo satisfacen parcialmente un impulso emocional para conectar con un dolido-por el pasado."
Después de sacrificar la coleccióndel museo, Bird deshizo de los guantes blancos y regresó a su despacho por el pasillo a la investigación de los recuerdos. Se centró en más de 50 reliquias, como un jarrón tallado en una madera del USS Constitution, un pedazo de la toalla blanca utilizada para indicar la rendición confederada en Appomattox y un trozo de Plymouth Rock. Los dos pedazos de torta son de la celebración del cumpleañosnúmero 52 del presidente Franklin D. Roosevelt (un evento para recaudar fondos para los pacientes de la poliomielitis), y los recortes de pelo son de varios presidentes. (Un periodista escribió una vez que Andrew Jackson regaló tantos bloqueos que a veces tenía "el aspecto de haber pasado de las manos del peluquero.")
Objetos llegaron a la colección del extranjero, así, un bloque de azúcar decubo del tamaño de la Bastilla, un fragmento pintada del muro de Berlín, a un paso de Juana de Arco del calabozo. Cuando Napoleón Bonaparte se fue para el exilio en la isla de Elba en 1815, le dio dos servilletas de William Bayard, un viajero americano rico, que a su vez los transmite a la futura madre-en-ley de la Smithsonian Secretario Spencer Fullerton Baird.
Objeto favorito de pájaro de lacolección es un chip del tamaño del meñique de la eliminatoria de madera que se completó el primer ferrocarril transcontinental de Estados Unidos. Un niño de 8 años de edad, llamado Hart Farwell recoge el chip de un mes después de que el empate fue clavado en mayo 1869 y lo mantuvo con él como él se convirtió en un pionero independiente desarrollador compañía telefónica en Indiana. Bird le gusta verla astilla en un pedestal de gran tamaño, en parte como una broma, pero en parte como un recordatorio de lo grande que se alzaba en la mente del colector chico.
"Muchos historiadores se basan en la creencia de que los objetos no se supone que deben hacer que usted tenga sentimientos", dice. "Cuando se trata de estas cosas, sin embargo, cada cosa tiene su propia pequeña historia humana. ¿Cómo...
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