ensayo
Sangre en sangres dispersas,
almagre obscuro y fuerte,
estirpe jirajara,
cacique Totonó;
baile de piaches, rezo de quenas,
Soy un indio Tocuyo
yo.
Meseta brava y bella
que abresu arcada a los llanos
y sus patios a la luna;
patíbulo de Carvajal,
espinas de cardonales,
polvo y sol.
Altiplano tocuyano
que nutre su carne en jugos
blancos de cañamelar
y los hace sangreroja
en la flor del cafetal;
bueno y santo
por la madre,
y porque me enlaza hermano
del de la selva en Oriente
y del de la sierra al Sur.
Yo llegué de ese altiplano
a avivarme en mis hermanoslos de la Universidad,
savia en afanes quemada,
de dirio de roble erguido,
y a rendirte mi homenaje
de indio triste,
Majestad.
Fracasa entre mi canto y mi altivez indígena
la intención enhinojos.
humo leve de inciensos
como el que ardió en las aras del Tenochittlán
quemó en mi corazón,
y humillo el desgreñado orgullo de los vientos
con aguas de remansos,
cenizas de volcanes
ycánticos de amor.
Así en la tierra antigua donde voló el faisán
usaba la liturguia de la proclamación.
Los miles de estudiantes,
cada estudiante, Reina,
es un mundo en promeso y un jardín de tormentas,han abierto hoy sus pechos sobre más infinitos,
al ver que oraculiza en tus manos llaneras
el tripartido escudo de su Federación.
Mañana, anhelo, pueblo.
¡Mirandinos colores de la emancipación!Beatriz del estudiante,
cetro de rebeldías,
corona de futuros;
bajo el palio de auroras de vuestro trono eres
la juvenil canción de amanecer.
En ensueño durmiente al amparo del alma
jubilosa ydinámica de la Federación
hecho viva esperanza
en tu luz de mujer.
Y digan con mis voces palabras de tus súbditos,
que es tu reinado, Reina, el úico acatable
en esta nutridora selva de Guaicaipuro,de Mara y Yaracuy,
y del equio trueno de los cien mil corceles,
sobre el que galoparon
libertadas naciones.
Fugitivo perfil de la garza Morena.
¡Oh, perfume caliente de mazorcas tempranas!...
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