Estudiante de Medicina

Diagnóstico Psicoanalítico de la Personalidad
La teoría psicoanalítica clásica aborda la personalidad en dos formas diferentes, cada una derivada de un modelo anterior de desarrollo individual. En la era de la teoría original de Freud se hizo un intento para entender la personalidad sobre la base de fijación (¿En qué fase de maduración temprana se encuentra ésta persona psicológicamenteatascado?) . Más tarde, con el desarrollo de la psicología del ego, el carácter fue concebido como una expresión del funcionamiento de los mecanismos particulares de defensa (Cuáles son las formas típicas de evadir la ansiedad de esta persona?). Esta segunda forma de entender la personalidad no estaba en conflicto con la primera, sino que proporciona un conjunto diferente de ideas y metáforas paracomprender cómo cada uno de nosotros desarrollamos nuestras características adaptativas y patrones de defensa.
Estos dos conjuntos explicativos son los elementos básicos de mi propia visualización de las posibilidades del carácter. Trato de mostrar también cómo los modelos relacionales en el psicoanálisis (teoría de las relaciones de objeto británica, psicoanálisis interpersonal estadounidense,autopsicología, ideas relacionales contemporáneas) puede iluminar aspectos de la organización de carácter. Además, mi comprensión de la personalidad se ha enriquecido con formulaciones psicodinámicas clínicamente menos influyentes como (1954) arquetipos de Jung, "Personología " de Henry Murray (1938 ) , Silvan Tomkins (1995 ) "La teoría del guión” "teoría de control – dominio” (Silberschatz, 2005), yreciente trabajo empírico, especialmente la investigación del apego y cognitivo y neurociencia afectiva .
Los lectores podrán notar que estoy aplicando al diagnóstico múltiples paradigmas diferentes dentro del psicoanálisis que pueden ser vistos como mutuamente exclusivos o esencialmente contradictorios. Debido a que este libro está dirigido a terapistas, y debido a que temperamentalmente soymás sintetizadora que crítica o hago distinciones (comparto esta sensibilidad con otros escritores clínicos como Fred Pine [198, 1990] y Lawrence Josephs [1992]), he evitado discutir por la científica o heurística superioridad de cualquier paradigma. No estoy minimizando el valor de la evaluación crítica de las teorías competentes. Mi decisión de no hacerlo deriva del propósito especialmente clínicode este libro y de mi observación que la mayoría de los terapeutas buscan asimilar una diversidad de modelos y metáforas, sean o no conceptualmente problemáticos de alguna forma.
Cada nuevo desarrollo en una teoría clínica le ofrece a los practicantes una forma fresca de tratar de comunicar a gente atribulada su deseo de entenderlos y ayudar. Los terapeutas efectivos – y estoy asumiendo que losterapeutas efectivos son brillantes teóricos parecidos pero no copias exactas – me parece que se guían libremente por muchas fuentes que solamente estar regidos por una o dos teorías o técnicas favorables. Algunos analistas se adhieren al dogma, pero esto no ha enriquecido nuestra teoría clínica, pero ha contribuido a la estima en que nuestro campo se encuentra para aquellos que valoran lahumildad y aprecian la ambigüedad y complejidad (Goldberg, 1990ª)
Diferentes clientes tienen una forma de crear diferentes modelos relevantes: una persona estimula en el terapeuta reflejos en las ideas de Klernberg; otro suena como una personalidad descrita por Horney; otro tiene una vida inconsciente de fantasía tan clásicamente Freudiana que el terapeuta se comienza a preguntar si el paciente leyóla teoría antes de comenzar el tratamiento. Storolow y Atwood han encendido una luz en los procesos emocionales dentro de las teorías de la personalidad estudiando cómo los temas centrales en la vida del teórico se convierten en el foco central de la teoría de formación de la personalidad de esa persona, psicopatología y psicoterapia. Así, no es sorprendente que tengamos tantas alternativas...