Geertz RESUMEN
A principios de abril de 1958, mi mujer y yo legamos a una aldea Bali, que nos proponíamos estudiar como antropólogos. Era unapoblación pequeña, alejada de todo centro, un mundo en sí misma. Nosotros éramos intrusos profesionales, y los aldeanos nos trataron como los balinesos siempre tratan a la gente que no pertenece a suvida: como si no estuviéramos allí. Para ellos éramos invisibles. Casi nadie nos saludaba; pero tampoco nadie nos ponía mala cara o nos decía algo desagradable. Si nos aventurábamos o acercamos aalguien, la persona se alejaba definitivamente. Esa indiferencia era deliberada; los habitantes de la aldea observaban todos nuestros movimientos y tenían información de quiénes éramos y sobre lo que nosproponíamos hacer.
En las aldeas de Bali, la gente anda por las calles charlando, haciendo ofrendas, mirando fijamente al vacío. Cuando uno conoce, por primera vez, a un hombre de Bali, éste pareceno mantener ninguna relación con uno: está “ausente”. Luego de un tiempo, el hombre decide, por razones desconocidas, que uno es realmente y entonces se convierte en una persona cálida, alegre,sensible, simpática. En ese momento, uno ha cruzado, de alguna manera, una frontera moral o metafórica.
Mi mujer y yo nos encontrábamos todavía en la etapa de ráfaga de viento. A los diez días de nuestrallegada, tuvo lugar una gran riña de gallos en la plaza pública, con el fin de reunir fondos para una nueva escuela.
Las riñas de gallos son ilegales en Bali, en el régimen de la república, esto sedebía a las pretensiones del puritanismo. La elite considera las riñas de gallos como actividades “primitivas”, “atrasadas”, “retrógradas” e impropias de una nación ambiciosa. La elite procura poner fina las riñas.
Las riñas de gallos, sin embargo, continúan realizándose con mucha frecuencia. La policía interviene, hace una incursión, confisca los gallos y los espolones de acero, multa a unos...
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