Hermana
madre que le dice que su hermana pequeña ha
desaparecido, regresa inmediatamente a
Londres. Pero conforme averigua las
circunstancias de la desaparición de Tess,
descubre lo poco que en realidad sabía de la
vida de su hermana.
La policía, el novio de Beatrice e incluso su
madre aceptan que han perdido a Tess, pero
Beatrice se niega a abandonarla y seembarca
en una peligrosa búsqueda de la verdad a toda
costa. Nada la ha preparado para los
aterradores hechos que va a descubrir.
Título original: Sister
Rosamund Lupton, 2011.
Traducción: María Alberdi
Diseño portada: D+C
Editor original: Crubiera (v1.0)
Colaboradores/Agradecimientos: Enylu,
Mística, Natg
ePub base v2.1
A mis padres, Kit y Jane Orde-Powlett, por su
don vital del apoyo.
Y aMartin, mi marido, con todo mi amor.
1
Domingo noche
Querida Tess,
Te necesito, ahora mismo, en este preciso
momento, para poder coger tu mano, mirar tu
rostro, escuchar tu voz. ¿Cómo puede una
carta sustituir el hecho de tocarte, verte y
escucharte, con todos esos receptores
sensoriales y nervios ópticos y vibrantes
tímpanos? Pero no es la primera vez que
hemos logrado utilizar las palabrascomo
mensajeros, ¿verdad? Como cuando me fui al
internado y tuvimos que reemplazar los juegos
y las risas y las confidencias en voz baja por
las cartas que nos escribíamos. No recuerdo
qué puse en mi primera carta, solo que utilicé
un rompecabezas, hecho pedazos, para evitar
los ojos inquisitivos de la profesora
responsable de mi colegio. (Adiviné
correctamente que su niña interior, la que eracapaz de resolver rompecabezas, la había
abandonado hacía tiempo). Pero recuerdo
palabra por palabra tu respuesta de niña de
siete años a mi nostalgia fragmentada, y que
no pude leer tu escritura hasta que acerqué
una linterna al papel. Desde entonces, la
bondad tiene aroma de limones.
A los periodistas les gustaría esa pequeña
historia, me convertiría en una especie de
detective de zumo de limón,incluso de
pequeña, y demostraría lo cerca que, como
hermanas, siempre hemos estado una de la
otra. Ahora están frente a tu apartamento, con
sus cámaras y sus técnicos de sonido (de caras
sudorosas, chaquetas sucias, y cables que se
arrastran por los peldaños de la escalera y se
enredan en la barandilla). Sí, eso ha sido algo
obvio, ¿pero cómo te lo iba a decir, si no? No
estoy segura de quépensarás al convertirte en
alguien famoso, o algo así, pero sospecho que
te parecería un poco divertido. Divertido con
risitas y divertido raro. A mí solo me parece
raro, pero también es cierto que nunca he
compartido tu sentido del humor, ¿verdad?
—Pero esto es serio, te han amonestado —
dije yo—. La próxima vez te expulsarán
definitivamente y mamá ya tiene bastantes
problemas.
Te habían descubiertoentrando de
contrabando tu mascota, un conejito, en el
colegio. En ese momento yo era, más que
nunca, tu hermana mayor.
—También es divertido, ¿no, Bee? —me
preguntaste, apretando los labios para no
echarte a reír. Me recordaste a una botella
de Aquarius, con risitas efervescentes
elevándose, destinadas a escaparse con un
silbido y estallar en la superficie.
Pensar en tu risa me basta parasentirme
valiente y me acerco a la ventana.
En el exterior, reconozco a un periodista de un
canal de noticias por satélite. Estoy
acostumbrada a ver su rostro aplastado en dos
dimensiones, en una pantalla de plasma en la
privacidad de mi apartamento de Nueva York,
pero ahora está aquí, real como la vida misma,
encarnado en tres dimensiones y de pie en
Chepstow Road, devolviéndome la mirada
fijamente através de la ventana de Tu sótano.
Mis dedos tienen ganas de apretar el botón de
off en el mando a distancia; en lugar de eso,
corro las cortinas.
Pero es peor ahora que cuando los veía. Sus
luces miran furiosas a través de las cortinas,
los ruidos que hacen resuenan contra las
ventanas y las paredes. Su presencia es como
un peso que podría abrirse paso, como una
excavadora, hasta tu salón. No...
Regístrate para leer el documento completo.