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Yolia Tortolero Cervantes, El espiritismo seduce a Francisco Madero. México, CONACULTA-FONCA, 2003, 270 pp.
Luis Barrón (CIDE)
Siempre me ha intrigado cómo es que
uno, como espectador, acaba admirando a personajes que, claramente, son malos. Quizás, admito, la respuesta es más sencilla de lo que mi intriga podría justificar: tododepende de cómo nos cuenten la historia. De hecho, creo que tanto en la literatura como en el cine uno puede terminar admirando a “los malos” igual que odiando a “los buenos”; pero también creo que, cuando uno escribe historia, y particularmente biografía, el camino más seguro es alejarse de los juicios de valor: en la realidad, ni los buenos son tan buenos ni los malos son tan malos. Escribirbiografía completamente libre de juicios de valor, por supuesto, nunca es tan fácil, pues hay personajes que naturalmente nos producen simpatía o repulsión si tomamos en cuenta la huella que nos ha dejado a todos la historia que don Luis González y González llamaba de bronce.1 El ejemplo de la Revolución mexicana es claro: en la historia de bronce, Francisco Madero fue muy bueno y Porfirio Díaz malo;Emiliano Zapata fue bueno y Victoriano Huerta muy, pero muy malo. La vacuna contra el legado de la historia de bronce,
decía también don Luis, era, sin embargo, bastante simple: lo que el historiador tendría que hacer es bajar a los héroes del pedestal para estudiarlos, y dejar que sea el lector quien se encargue de subirlos de nuevo o de dejarlos abajo. El espiritismo seduce a Francisco Madero,de Yolia Tortolero, es uno de estos intentos por superar la historia de bronce; es el producto de una tesis de doctorado –muy bien trabajada y documentada– que nos presenta un lado de Madero, el espiritista, que por años nos ha fascinado, pero que nadie había trabajado de manera monográfica más allá de la anécdota o de la biografía novelada.2 En este libro, Yolia Tortolero documenta cómo elespiritismo efectivamente sedujo, pero también cómo guió, a Madero durante toda su carrera política, lo que sin duda es una contribución importante, pues si ya teníamos libros que estudian la influencia de las sociedades masónicas y protestantes,3 y estudios sobre el Partido y las organizacio-
1 El texto clásico de don Luis es “De la múltiple utilización de la historia”, en Luis González y González,Todo es historia. México, Cal y Arena, 1989, pp. 13-25. 2 Dos estupendas biografías de Madero son Stanley R. Ross, Francisco I. Madero. Apóstol de la democracia mexicana. México, Grijalbo, 1959; y Charles Cumberland, Madero y la revolución mexicana. México, Siglo XXI, 1997. Sin embargo, estas dos biografías tratan muy superficialmente el lado espiritista de Madero. Dos obras que tratan más a fondoel espiritismo del presidente mártir son Enrique Krauze, Místico de la libertad: Francisco I. Madero. México, FCE, 1987 (que es más anecdótico) y la novela de Ignacio Solares, Madero, el Otro. México, Joaquín Mortiz, 1989. 3 Sobre las sociedades masónicas y protestantes véase la obra de Jean-Pierre Bastian, en especial Los disidentes: Sociedades protestantes y revolución en México, 1872-1911.México, FCE-Colmex, 1989.
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nes católicas en la transición del Porfiriato hacia la Revolución,4 no teníamos un estudio serio que explicara el papel que jugó el espiritismo, no sólo a través de una figura tan importante como la de Madero, sino en general durante la transición del siglo XIX al XX. Básicamente, en su intento por bajar a Madero del pedestal, Tortolero construye un argumento quese puede descomponer en dos partes: primero, que resulta imposible entender la práctica política de Madero sin entender cómo el espiritismo lo influyó en todos los ámbitos de su vida, tanto pública como privada; y segundo, que es imposible hacer un juicio balanceado de Madero sin tomar en cuenta que muchas de sus contradicciones dejan de serlo cuando se toma en cuenta que estamos analizando a un...
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