Hombre maquia
La sexualidad fue medicalizada, de modo que adoptamos el estilo farmacéutico e interiorizamos lasnormas médicas aplicándolo a todo aquello que es humano. Nos encontramos movilizados como “activos” en actividades lúdicas y eróticas donde de otro modo nos arriesgaríamos a encontrarnos con una imagende nuestra libertad perdida. Es aquí, donde la dominación provoca que todo aquello que nos pertenece y en esencia somos, nuestra carne y sentimientos, deseos y dolores, nos parece extraño. Existe unared de bio-poder que es al mismo tiempo una red a partir de la cual nace la sexualidad como fenómeno histórico y cultural dentro de la cual nos reconocemos y perdemos a la vez. “Las relaciones depoder penetran en los cuerpos”, Foucalt.
Actualmente, lo que solía ser el arte del erotismo, se ha convertido en una ciencia del sexo que busca comprender y necesita clasificar de acuerdo con undesempeño óptimo.
Es aquí en donde entra el tiempo de la farmacología cosmética, en donde los medicamentos detienen los procesos naturales del cuerpo y esto a su vez se convierte en una obsesión, que derivaen depresiones con consecuencias graves sobre el comportamiento y el trabajo. Se concibe que la humanidad debe ser funcional y funcionar en todos sus aspectos, incluso si opone resistencia a lapenetración masiva del control en la ida privada.
En los diarios podemos leer entrevistas, en las cuales sin conocer a las personas, ni tener idea sobre sus datos más básicos se nos informa todo sobre sushazañas sexuales, enfermedades y trastornos, lo que nos lleva al dominio indistinto en que la intimidad y la extrañeza se desbordan la una de la otra.
En el discurso de nuestro cuerpo, que no...
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