humanismo
Silo – San Salvador de Jujuy 30/10/95.
Señor Presidente de las Quintas Jornadas, profesor Mario Vilca; señor Presidente, por el alumnado, José Lazcano.
Debo agradecer la invitación que se me cursara como expositor en las Quintas Jornadas, organizadas por docentes y estudiantes de las áreas de Filosofía, Psicología y Pedagogía, delInstituto de Enseñanza Superior José Ignacio Tello.
Debo agradecer también, la oportunidad que se me brinda de cerrar dichas Jornadas, teniendo en cuenta las importantes exposiciones y discusiones temáticas ocurridas en los días precedentes.
Y debo agradecer, desde luego, la presencia de profesores, alumnos, periodistas y amigos.
Hoy hablaremos sobre una corriente de pensamiento que postula laacción transformadora y que comienza a ser tenida en cuenta merced a los cambios profundos que se están operando en la sociedad. El Humanismo es esta corriente. Muy brevemente revisaremos sus antecedentes históricos, su desarrollo y la situación en que se encuentra actualmente.
Debemos establecer, previamente, una diferencia entre el humanismo como corriente y el humanismo como actitud. Estaúltima ya estaba presente en diferentes culturas antes de que la palabra “humanismo” fuera acuñada en Occidente. La actitud humanista es común a las distintas culturas, en ciertas etapas de su historia y se caracteriza por :
1.- La ubicación del ser humano como valor central;
2.- La afirmación de la igualdad de todos los seres humanos;
3.-El reconocimiento de la diversidad personal y cultural;
4.-La tendencia al desarrollo del conocimiento por encima de lo aceptado como verdad absoluta;
5.- La afirmación de la libertad de ideas y creencias y
6.- El repudio de la violencia.
Esta actitud es lo que cuenta en nuestro Nuevo Humanismo Universalista y son las diferentes culturas las que nos enseñan a amar y practicar esta posición frente a la vida. Remito, a quien interese, al estudio delhumanismo en las diferentes culturas (Anuario 1994 del Centro Mundial de Estudios Humanistas, particularmente en la contribución del profesor Serguei Semenov, estudioso del humanismo precolombino en Meso y Sudamérica).
Debemos hacer también una distinción, un tanto pueril, entre los estudios “humanísticos” que se imparten en las facultades o institutos de estudios y la actitud personal no definidapor la dedicación profesional sino por el emplazamiento frente a lo humano como preocupación central. Cuando alguien se define como “humanista” no lo hace con referencia a sus conocimientos de “humanidades” y, parejamente, un estudiante o estudioso de esas disciplinas no por ello se considera “humanista”. Deslizamos este comentario porque no han faltado quienes ligaran al “humanismo” con undeterminado tipo de conocimiento o nivel cultural.
En Occidente, dos son las acepciones que se suelen atribuir a la palabra “humanismo”. Se habla de “humanismo” para indicar cualquier tendencia de pensamiento que afirme el valor y la dignidad del ser humano. Con este significado, se puede interpretar al humanismo de los modos más diversos y contrastantes. En su significado más limitado, pero colocándoloen una perspectiva histórica precisa, el concepto de Humanismo es usado para indicar ese proceso de transformación que se inició entre finales del siglo XIV y comienzos del XV y que, en el siglo siguiente, con el nombre de “Renacimiento”, dominó la vida intelectual de Europa. Basta mencionar a Erasmo; Giordano Bruno; Galileo; Nicolás de Cusa; Tomás Moro; Juan Vives y Bouillé para comprender ladiversidad y extensión del Humanismo histórico. Su influencia se prolongó a todo el siglo XVII y gran parte del XVIII, desembocando en las revoluciones que abrieron las puertas de la Edad Contemporánea. Esta corriente pareció apagarse lentamente hasta que a mediados de éste siglo ha echado a andar nuevamente en el debate entre pensadores preocupados por las cuestiones sociales y políticas.
Los...
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