INFORME MEADE
4.1. Introducción
La historia de la fiscalidad y de las reformas tributarias es, en gran medida, la historia de los sucesivos intentos por desplazar la carga tributaria sobre los demás. Como vimos en la lección anterior, los sujetos inicialmente incididos por el impuesto reaccionan de diversas maneras para evitar el gravamen intentando trasladarlo. Una buena forma deintentar desplazar la carga tributaria sobre los demás consiste en influir en la conformación legal de los impuestos para conseguir un patrón distributivo que sea favorable. En general, los ciudadanos con mayores niveles de riqueza y de renta suelen ser refractarios a la imposición patrimonial o a la progresividad en el impuesto sobre la renta y en la medida en que les resulte posible, intentaránexcluir de la base del impuesto las ganancias de capital, reducir los tipos marginales o lograr tratamientos favorables en la tributación del patrimonio y las sucesiones, por entender que son aspectos que les afectan especialmente. En cambio, se mostrarán más partidarios de los impuestos sobre el consumo -normalmente regresivos, es decir, que soportan los otros en mayor medida- aduciendo probablementerazones de eficacia . En la lección anterior ya hemos visto lo difícil que resulta decidir en la realidad si una medida contribuye a mejorar la eficacia de la economía o sucede lo contrario.
Por su parte, los ciudadanos más modestos serán proclives a defender la progresividad de los impuestos -que pague más quien mas tiene- y por tanto un potente impuesto sobre la renta y, desde luego, losimpuestos patrimoniales que normalmente, les afectarán poco. En cambio, estarán en contra de la imposición sobre el consumo -hay toda una historia de revueltas populares en contra de los impuestos sobre el consumo –siendo favorables por razones de equidad, a exonerar de tributación a los bienes y servicios más necesarios.
Con mayor o menor intensidad y de forma más o menos explícita, dependiendo de lascircunstancias políticas, esta pugna la hallaremos casi siempre tras cualquier propuesta fiscal. Cuando sea explícita, frente a la equidad de los mas modestos se opondrán, normalmente, razones de eficacia. Otras veces, las más, la pugna no resultará tan evidente y se amparará en propuestas técnicas para conformar los tributos de una determinada manera, propuestas que, rara vez resultaráncomprensibles para la mayor parte de los ciudadanos y, mucho menos, en sus consecuencias.
Y algunas veces también la pugna puede transformarse, simplemente, en evasión.
Durante los últimos años la vertiente explícita de esta pugna ha adoptado la forma de discusión entre modelos fiscales alternativos. Hacia finales de los años sesenta del pasado siglo y, sobre todo, a partir de la crisis del petróleo deprincipios de los setenta, la sensación de agotamiento de los modelos fiscales entonces vigentes, se había extendido por muchos países. Con anterioridad, el fervor solidario de la posguerra había 94 llevado a configurar unos impuestos, en particular el impuesto personal sobre la renta, con unos tipos marginales absurdamente elevados con escalas que llegaban en algunos casos a superar el 80%. Ladefensa de los afectados frente a esa enorme progresividad formal consistió en vaciar paulatinamente las bases impositivas llegando a impuestos que cada vez gravaban más sobre menos. La pugna alrededor del patrón distributivo acabó convirtiendo al impuesto sobre la renta en una caricatura de si mismo, en un instrumento distorsivo, enormemente complejo y desde luego, poco equitativo.
Esta situacióndel impuesto sobre la renta mereció reiteradas críticas tanto de los ciudadanos, inermes ante la abrumadora casuística contenida en las leyes, como de los especialistas Y a partir de aquí, fueron surgiendo las propuestas para reformar ese estado de cosas. Las primeras propuestas fueron en favor de reformar el impuesto sobre la renta recurriendo a lo que se conocería como un impuesto de base...
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