IV CONFERENCIA SOBRE EL PSICOANÁLISIS. INFORME DE LECTURA
Aquí Freud relata sus averiguaciones acerca de los complejos patógenos y mociones de los deseos reprimidos de los neuróticos:
La investigación psicoanalítica reconduce los síntomas patológicos a impresiones de la vida amorosa del enfermo; muestra que las mociones de deseo patógenas son de la naturaleza de unos componentes pulsionaleseróticos y lleva a suponer que debe atribuirse a las perturbaciones del erotismo la máxima significación entre los influjos que llevan a la enfermedad en los dos sexos. Freud reconoce que dicha aseveración no se le creerá fácilmente y reconoce que muchos se preguntarán por qué excitaciones de otra índole no habrían de dar ocasión también a los fenómenos de represión y la formación sustitutiva a loque él mismo dice no saber por qué no habrían de hacerlo, sin embargo, da a entender que la experiencia muestra que no poseen esa significación que a lo sumo respaldan el efecto de los factores sexuales, mas sin poder sustituirlos nunca. Freud afirma que antes él no sostenía ese punto de vista, pero que debió abrazarlo cuando sus experiencias se multiplicaron.
Freud también muestra que elconvencimiento acerca de la justeza de la tesis en cuestión no es en verdad facilitado por el comportamiento de los pacientes. En vez de ofrecer de buena gana las noticias sobre su vida sexual, por todos los medios procuran ocultarlas. Es así como ninguno puede revelar francamente su erotismo a los otros. Pero una vez que los pacientes reparan en que pueden hacerlo sin embarazo en el tratamiento, sequitan esa cáscara de embuste y sólo así se está en condiciones de formarse un juicio sobre el problema en debate.
En esta conferencia Freud prosigue con la comunicación sus resultados. Muestra que en otra serie de casos, la exploración psicoanalítica no reconduce los síntomas, a vivencias sexuales, sino a unas traumáticas, triviales. Pero esta diferenciación pierde valor por otra circunstancia.El trabajo de análisis requerido para el radical esclarecimiento y la curación definitiva de un caso clínico nunca se detiene en las vivencias de la época en que se contrajo la enfermedad, sino que se remonta siempre hasta la pubertad y la primera infancia del enfermo, para tropezar, sólo allí, con las impresiones y sucesos que comandaron la posterior contracción de la enfermedad. Únicamente lasvivencias de la infancia explican la susceptibilidad para posteriores traumas, y sólo descubriendo y haciendo conscientes estas huellas mnémicas por lo común olvidadas se consigue el poder para eliminar los síntomas.
El niño tiene sus pulsiones y quehaceres sexuales desde el comienzo mismo, los trae consigo al mundo, y desde ahí, a través de un significativo desarrollo, rico en etapas, surge lallamada sexualidad normal del adulto.
Freud también afirma que la pulsión sexual del niño prueba ser en extremo compuesta, admite una descomposición en muchos elementos que provienen de diversas fuentes. Sobre todo, es aún independiente de la función de la reproducción, a cuyo servicio se pondrá más tarde. Obedece a la ganancia de diversas clases de sensación placentera: placer sexual. La principalfuente del placer sexual infantil es la apropiada excitación de ciertos lugares del cuerpo particularmente estimulables: además de los genitales, las aberturas de la boca, el ano y la uretra, pero también la piel y otras superficies sensibles. Como en esta primera fase de la vida sexual infantil la satisfacción se halla en el cuerpo propio y prescinde de un objeto ajeno, se llama la fase delautoerotismo. Se denomina «zonas erógenas» a todos los lugares significativos para la ganancia de placer sexual.
Freud continúa explicando que esta vida sexual del niño, abigarrada, rica, pero disociada, en que cada una de las pulsiones se procura su placer con independencia de todas las otras, experimenta una síntesis y una organización siguiendo dos direcciones principales, que al concluir la época...
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