Krishnamurti
por Jesús Vicens
Desde su pasión por la educación, este filósofo indio confió en la escuela como un espacio individual y social donde ejercitar la libertad de uno mismo y realizar la propia esencia de vida. Para el autor, esta idea de enseñanza integral mantiene su vigencia para reformar el sistema educativo actual, que reduce a las personas aambigüedades e incertidumbres.
En julio de 1985 fue el último año que Krishnamurti habló en Saanen, un pueblo de las montañas de Suiza, donde tuve ocasión de asistir a sus pláticas. Durante 25 años, había estado hablando allí en los veranos, y a estos encuentros acudía gente de toda Europa. Un año más su presencia convocó a unas tres mil personas, que, bajo una enorme carpa montada por losorganizadores, se disponían a escucharle durante su estancia de tres semanas. Aquel año, Krishnamurti anunció que iba a ser el último, y así fue. En el invierno de 1986 murió en Ojai, California, a la edad de 91 años, después de sus últimas charlas en Madrás, la India, un mes antes.
Un hombre que experimentó la libertad primera y última (Krishnamurti, 1979). Una libertad única: la de ser uno mismoprofundamente. Fue una preocupación central en su vida y un tema recurrente en sus charlas. Había nacido en la India, en 1895, y fue educado por la Sociedad Teosófica.
No obstante, ello no fue inconveniente para su apuesta firme en favor de la libertad, cuando, a la edad de treinta y cuatro años, decidió disolver toda la organización que se había creado para su liderazgo con un discurso sencillo en el querecordó a los participantes que la verdad no tiene caminos y que la Tierra está plagada de singularidades. Cambió sus circunstancias, renunciando a ser líder y maestro de alguien. Decía, una y otra vez, que la libertad había que experimentarla atravesando doctrinas, ideologías, nacionalidades y religiones, dejándolas atrás, y que se debía tener el coraje de andar la propia vida. La libre sencillezde ser uno mismo, inquieto e interesado por el mundo. El que, paseando con un amigo, se pregunta si puede el ser humano estar libre de sus condicionantes, al igual que en la práctica del zen uno aspira a estar libre de todos los condicionantes y ser uno con la realidad (Suzuki Shunrya, 1998).
Krishnamurti sentía pasión por la educación. Confiaba en que la libertad de ser uno mismo y de realizarla propia esencia de la vida en sí mismo fuese ejercitada, practicada, cultivada y experimentada en las escuelas. Amaba la educación de la persona y la consideraba un espacio individual y social donde se podía aprender la forma de conocerse uno mismo y la responsabilidad de la libertad. Respetaba el aprendizaje de técnicas y conocimientos. Decía que para hablar un idioma o construir un puente senecesitan del estudio y de la observación. Pero, junto a ello, la educación de las personas, de sus actitudes, responsabilidades, convivencia, personalidad y tendencias, es fundamental. ¿No son las personas el centro o sujeto del aprendizaje y no son ellas quienes deben comprender y ejercitar el ser libres? ¿No crean las personas el mundo en que viven y no es a su vez este mundo creado por ellas?Nos dice el autor con contundencia: “¿Por qué la sociedad se desmorona, se hunde, como ciertamente ocurre? Una de las razones fundamentales es que el individuo, cada uno de ustedes, ha dejado de ser creativo… Ustedes y yo nos hemos convertido en imitadores, copiamos tanto externa como internamente. Tiene que haber cierto grado de imitación, de copia en la técnica externa, pero cuando hay imitacióninterna, psicológica, es evidente que dejamos de ser creativos. Nuestra educación, nuestra estructura social, nuestra así llamada vida religiosa, se basan todas en la imitación; o sea, que me ajusto a una determinada fórmula social o religiosa. He dejado de ser un verdadero individuo” (Krishnamurti, 1994).
Krishnamurti atravesó la herencia cultural de su país e incitaba en sus charlas a la...
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