LA CONQUISTA DE LA UBICUIDAD
Paul Valéry, 1928
Se instituyeron nuestras Bellas Artes y se fijaron sus tipos y usos en
tiempos bien distintos de los nuestros, por obra de hombres cuyo poder
de actuar sobre las cosas era insignificante frente al que hoy tenemos.
Pero el pasmoso crecimiento de nuestros medios, la flexibilidad y
precisión que éstos alcanzan, y las ideas y costumbres queintroducen,
nos garantizan cambios próximos y muy hondos en la antigua industria
de lo Bello. En todo arte hay una parte física que no puede contemplarse
ni tratarse como antaño, que no puede sustraerse a las empresas del
conocimiento y el poder modernos. Ni la materia, ni el espacio, ni el
tiempo son desde hace veinte años lo que eran desde siempre. Hay que
esperar que tan grandes novedadestransformen toda la técnica de las
artes y de ese modo actúen sobre el propio proceso de la invención,
llegando quizás a modificar prodigiosamente la idea misma de arte.
De entrada, indudablemente, sólo se verán afectadas la reproducción y
la transmisión de las obras. Se sabrá como transportar y reconstituir en
cualquier lugar el sistema de sensaciones —o más exactamente de
estimulaciones— queproporciona en un lugar cualquiera un objeto o
suceso cualquiera. Las obras adquirirán una especie de ubicuidad. Su
presencia inmediata o su restitución en cualquier momento obedecerán
a una llamada nuestra. Ya no estarán solo en si mismas, sino todas en
donde haya alguien y un aparato. Ya no serán sino diversos tipos de
fuente u origen, y se encontrarán o reencontrarán íntegros susbeneficios en donde se desee. Tal como el agua, el gas o la corriente
eléctrica vienen de lejos a nuestras casas para atender nuestras
necesidades con un esfuerzo casi nulo, así nos alimentaremos de
imágenes visuales o auditivas que nazcan y se desvanezcan al menor
gesto, casi un signo. Así como estamos acostumbrados, si ya no
sometidos,
a
recibir
energía
en
casa
bajo
diversasespecies,
encontraremos muy simple obtener o recibir también esas variaciones u
oscilaciones rapidísimas de las que nuestros órganos sensoriales que las
recogen e integran hacen todo lo que sabemos. No sé si filósofo alguno
ha soñado jamás una sociedad para la distribución de Realidad Sensible
a domicilio.
Entre todas las artes es la música la que está más cerca de ser
traspuesta al modomoderno. Su naturaleza y el lugar que ocupa en el
mundo la señalan para ser la primera que modifique sus fórmulas de
distribución, de reproducción, y aun de producción. De todas las artes,
es la música la que tiene mayor demanda, la que más se mezcla con la
existencia social, la más cercana a esa vida a la que anima, acompaña, o
imita en su funcionamiento orgánico. Se trate de progresiónarmónica o
letra, de espera o acción, del régimen o de los imprevistos de nuestro
durar, la música le sabe arrebatar, combinar y transfigurar su paso y sus
valores sensibles. Nos trama un tiempo de falsa vida insinuando
apenas los trazos de la verdadera. Nos acostumbramos, nos entregamos
a ella con igual delicia que a las substancias justas, potentes y sutiles que
celebraba Thomas de Quincey.Como toca directamente a la mecánica
afectiva, que maneja y pulsa a su antojo, es universal por esencia;
encanta y hace danzar por toda la tierra. Al igual que la ciencia, se
vuelve una necesidad y un producto internacional. Esa circunstancia,
junto a los recientes progresos habidos en medios de transmisión,
sugería dos problemas técnicos:
I. Hacer oír en cualquier punto del globo, alinstante, una obra musical
ejecutada en cualquier parte.
II. Recuperar a voluntad una obra musical en cualquier parte del globo y
en cualquier momento.
Esos problemas están resueltos. Las soluciones se vuelven cada día más
perfectas.
Aún
estamos
bastante
lejos
de
dominar
hasta
ese
mismo
punto los fenómenos visibles. Color y relieve aún se resisten bastante.
Un sol...
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