La Crisis del Hombre 2
EN LA FILOSOFIA ACTUAL *
EN BUSCA DE UNA SOLUCION PARA SUPERARLA
I
1. - Nunca tal vez como ahora el hombre ha estado tan amenazado de una quiebra de los valores que
sustentan su vida espiritual, su cultura y aun su misma coexistencia y subsistencia sobre la tierra.
1) En el orden social internacional y nacional, en el mejor de los casos, pareciera que sóloexiste un
equilibrio de fuerzas, continuamente amenazado por quebrarse con el predominio de una de las partes, pero en
modo alguno una paz interna lograda por un auténtico orden jurídico-moral. De hecho tal equilibrio está roto en
muchos casos; y en el plano internacional son muchos los pueblos sojuzgados por guerras o imposiciones
injustas de otros Estados más fuertes, impedidos en el libreejercicio de su soberanía -Hungría es un ejemplo-; y
en el plano nacional son muchos los dictadores que con violencia imponen su régimen sobre los individuos,
privados de sus derechos personales y sometidos a vejaciones y humillaciones de toda índole; y las clases
sociales más fuertes que imponen una verdadera esclavitud sobre las más débiles -la explotación humana de los
trabajadores o, lo que espeor, de pobres mujeres indefensas sometidas a las garras de un comercio infame-. Ha
desaparecido el orden humano-moral, el orden intrínseco y jerárquico, que desde la conciencia y de un modo
absoluto imponía a cada uno -al Estado, familia e individuos- sus obligaciones, con lo cual y correlativamente
aseguraba también a cada uno sus derechos frente a los demás, organizando a los individuos en lafamilia e
instituciones, a éstas en el Estado y a éste en la Comunidad internacional. Y este orden se ha perdido, porque los
valores correlativos de justicia y de derecho con las consiguientes normas moral-jurídicas o son desconocidas o
han perdido su carácter de vigencia absoluta y han sido substituidas por la fuerza, la austucia y los intereses y
pasiones en general.
2) Pero esta crisis social esefecto y manifestación de una crisis mucho más profunda, una crisis del hombre
mismo y de sus valores; bien que, una vez producidas ambas -la individual y social- la una ejerce su pernicioso
influjo sobre la otra.
El hombre actual ha perdido de vista su Fin trascendente y eterno y, con él, los bienes y valores capaces de
cimentar una norma moral de vigencia absoluta. Se ha encerrado en su vidatemporal y terrena, movido también
por los valores de este orden, prevalente y casi exclusivamente materiales, desvinculados además de todo valor
trascendente, y, como tales, relativos y dependientes únicamente de su propia voluntad. La vida espiritual -sobre
todo en sus manifestaciones más elevadas: el conocimiento desinteresado, el arte, y más todavía la religión y la
moral- se va alejando cada vezmás del hombre común de nuestra época. Cada día es mayor el número de los
hombres para quienes su única norma de conducta es el instinto o la inclinación natural de la vida animal. La
inteligencia espiritual, dominada por esta vida inferior, se aplica casi exclusivamente al refinamiento de los
medios para hacer más agradable la vida de los sentidos: a la salud, a la comodidad, etc. La misma cienciaparecería haberse encerrado en sus aplicaciones a este fin.
Volcado casi enteramente a los objetos exteriores por una vida eminentemente sensitiva -llevado por una
inclinación natural, exacerbada por los medios técnicos modernos del cine, la radio, la televisión- el hombre ha
perdido el hábito de la reflexión, el contacto consciente con su propio ser personal, la presencia de su
interioridadespiritual inteligente y libre, y ha llegado poco a poco a perder el sentido de lo eterno y, con él, de
su propia vida específicamente humana.
Es el hombre que ha intentado liberarse de su Fin divino y que, lógicamente, ha venido a vaciarse de su
esencia, de su auténtico ser finito abierto a aquel Bien, trascendente infinito, en cuya posesión logra su propia
plenitud. Con esta destrucción del...
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