La Geografía Humanística
La geografía humanística
José ESTÉBANEZ ALVAREZ
En este articulo me propongo analizar de un modo crítico la corriente geográfica humanística, tomando como base las obras de ¡os autores más representativos de este enfoque, y de un modo especial, la aportación de los fenomenólogos existenciales y la de los idealistas.
En los últimos veinte años, en qna disciplinapacífica y tranquila, con- formista con sus objetivos y métodos se está produciendo un debate conti- nuo sobre el papel de la geografía en el campo de la ciencia, la pertinen- cia de sus métodos y la contribución de sus resultados. En general, y hasta finales de 1950, la geografía se desarrollaba de forma aislada, sin mucha preocupación por la fundamentación filosófica, ni tan siquierapor la evo- lución de otras ciencias sociales. Se desarrollaba de forma autónoma con unos fines académicos y unos supuestos de conocimiento objetivo y asép- tico así como con una preocupación por formar profesores y porque la geo- grafía estuviese lo mejor representada posible en las enseñanzas medias y universitaria. En la década de los 50 y con la «revolución cuantitativa» se pone entela de juicio la ortodoxia vigente, que en nada había va- riado de Hettner (1927) a Hartshorne (1959) y cuyo fundamento y justifi- cación filosófica se inspiraba en el dualismo de las ciencias introducido por Kant. Es en Estados Unidos en donde bajo la influencia del positivis- mo lógico, la demanda social que exigía «domesticar» el crecimiento eco- nómico buscando afanosamente unas supuestasleyes de organización del espacio, y el deseo de la comunidad de geógrafos de dar a su disciplina y al quehacer investigador un rango científico, en donde comienza la «revo- lución cuantitativa» difundiéndose luego a Suecia, Gran Bretaña, países
AnalesdeGeografíadelaUniv.Complutense,Ni’2.Ed.Univ.Complutense,l982.
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socialistas europeos y ya en la década delos 70 a Francia y paises medi- terráneos. El enfoque cuantitativo se generalizó, pero nunca arrasó al en- foque regional, ni tan siquiera en Estados Unidos en donde Hartshorne y Sauer tuvieron numerosos partidarios, sin olvidar el caso francés en donde sólo afectó de un modo minoritario y muy tardiamente.
Desde entonces quedó abierto el debate, si bien en la década de los 60, el empuje dela «nueva geografía» parecía haber calmado los ánimos y presentía la aparición de un paradigma en el sentido de Kuhn (1971). Sin embargo, a finales de los 60 se levantan voces en contra de la «dictadura absolutista» del positivismo lógico y se abre de nuevo un debate más vivo y variado que el que tuvo lugar con el advenimiento de la geografía cuanti- tativa. El «relevancy debate» dioorigen a un nuevo planteamiento, a un examen de conciencia que fuese «más allá de los exponenciales» y de los refinamientos metodológicos y técnicos, ocasionando una postura de crí- tica radical a los supuestos, objetivos y resultados de los geógrafos cuanti- tativos.
A partir del movimiento radical se fueron clarificando posturas y alter- nativas muy heterogéneas, desde un positivismohumanista reformista que postulaba solamente un cambio de temática (Smith, Morilí), hasta posi- ciones idealistas como las de Guelke, o fenomenológicas representadas por los trabajos de Vi Fu Tuan o A. Buttimer, incluyendo también la corrien- te anarco-marxista que ocupó un puesto hegemónico en las filas de la geografíaradical(Peet,1981,1977,1978;Hurst,1979,Capel,1981;Gar- cía Ramón, 1977 yFrutos, 1980).
Por consiguiente, en la geografía que había sido conformista y perezo- sa durante muchos años, aparece, en época reciente una «explosión episte mológica» en donde se manifiestan muchas alternativas a la geografía cuantitativa, produciendo una apariencia de caos en la disciplina y una cierta anemia en la investigación empírica, lo que hace concluir a Johns- ton (1979), ante el...
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