La Ojos
A la hora de hacer teoría, muchos autores se han visto en la tentación de presentar sus propuestas a modo de oráculo para con las cuestiones planteadas desde el mundo humano. En este sentido, se ofrecen a menudo soluciones simples, cargadas con sus buenas dosis de magia, a la hora de resolver problemas políticos de diversa complejidad. También se ha concebido la teoría como unaépica labor de descubrimiento, gracias a la cual saldrían a la luz leyes inherentes al comportamiento humano, reglas ocultas o complejas estructuras de poder. Estas opciones omnipotentes suelen confiarse por regla general a la razón, a un método objetivo o a una entidad divina. Cualquiera de estas instancias permitiría al teórico acceder a lo natural, a la certeza, dando a sus recetas un auraprescriptiva. Se fijan de este modo significados inamovibles, capaces de reflejar milimétricamente lo real Estaríamos, en definitiva, ante un trabajo científico donde primaría la precisión, la eficiencia y la capacidad predictiva de la teoría. Estas dos opciones que presentamos como opuestas sitúan algunos de los términos centrales de una vieja querella de siglos, aquella que ha enfrentado a lafilosofía y la retórica, y donde la primera pareció salir triunfante. Hoy sin embargo, se está produciendo una fructífera recuperación de la retórica, y en esta línea queremos enmarcar este trabajo. En Contra los sofistas, Isócrates echa en cara a los socráticos –o, como también los llama, “los disputadores”– su ambición a la hora de prometer la obtención de la verdad, de un conocimiento puro, sintener en cuenta las consecuencias omnipotentes de dichas promesas imposibles. En otro sentido, Isócrates ligará la verdad a la experiencia política práctica, a la contingencia y el kairós, al sentido común y a la fácil comprensión. Se alejaría por tanto de las aspiraciones de objetividad y del modelo dialéctico, a su entender demasiado formal y teórico, abstruso y a menudo confuso en sus términos. Enrealidad, para Isócrates la abstracta filosofía platónica no atiende a la complejidad de la vida, pues para Platón todo es tan simple como encontrar los significados “correctos”, los cuales se supone que “existen en el mundo, a la espera de que los reconozcamos, y de que encontremos la manera de expresarlos”. Uno de los factores que, según Terry Eagleton, influyeron entonces en el decisivo declivede la retórica fue el ataque que la nueva ciencia política moderna ejecutó sobre las confusiones de la política práctica. Las vicisitudes de este último humanismo retórico y su enfrentamiento tanto con la filosofía escolástica como, posteriormente, con la nueva ciencia moderna, el cartesianismo o el ramismo, superan los límites de lo que nos planteamos en este trabajo. Aquí nos limitaremos aestudiar lo que puede suponer la recuperación de la línea retórica de Quintiliano, y trataremos de evaluar qué nos puede aportar a nuestra particular comprensión retórica de la teoría política en un tiempo, el nuestro, en el que la vieja querella continúa en términos muy parecidos a los de entonces.
EL APORTE DE MARCO FABIO QUINTILIANO A LA TEORÍA POLÍTICA
Del personaje de Quintiliano de Calahorra(aprox. 35-95 d. C) poco podemos decir más allá de lo que él mismo nos cuenta; de este modo, sabemos que compuso sus doce libros de la Institutionis Oratoriae tras veinte años de dedicación a la enseñanza de la retórica “y una rica experiencia de orador y abogado”, así como que fue el primer rétor pagado con dinero público. Su vida transcurrió en una época imperial muy distinta a la república quevivió Cicerón. A pesar de su origen hispano, tan sólo recientemente se ha traducido la obra completa de Quintiliano al castellano directamente del latín. Quintiliano, como buen rétor, no es un autor que trate de esconder sus intenciones ni sus sentimientos tras un texto escrito en busca de una aparente objetividad. Mientras está trabajando en su obra, su hijo Quintiliano fallece, una desgracia...
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