La TIERRA
1. LA EXPERIENCIA PATRIARCAL
Entre Mesopotamia (tierra extranjera y amenazadora, de donde Dios saca a Abraham; cf. Gn 11,31 – 12,2) y Egipto(tierra tentadora y lugar de esclavitud, de donde saca Dios a su pueblo; cf. Ex 13,9) se encuentra la tierra de Canaán, tierra“que mana leche y miel” (Ex 3,8), la tierra que Dios ha prometido dar a Abraham y su descendencia. En esa tierra viven los patriarcas como extranjeros: sólo les guían las necesidades de sus ganados. Pero antes que pastos o pozos, en esta tierra encuentran el lugar donde se les manifiesta el Dios vivo. Los robles (Gn 18), los pozos (Gn 26,15), los altares erigidos (Gn 12,7), son testigos que guardan el recuerdo de estas manifestaciones. Algunos de estos lugares llevan el nombre de Dios: Betel,que es “casa de Dios” (Gn 28,17-19), o Penuel, que es “rostro de Dios” (Gn 32,31)
Con la gruta de Macpelá, comprada por Abraham a Efrón el hitita para enterrar allí a su esposa Sara (Gn 23), inaugura Abraham la posesión jurídica de una parcela de esa tierra prometida; Isaac, Jacob y José querrán reposar en ella, haciendo así de Canaán su patria.
2. EL DON DE LA TIERRA
De Egipto, tierra extranjera, Dios hace salir a su pueblo. Sin embargo, para entrar en la tierra prometida se requiere primero el abandono, la “asombrosa soledad del desierto” (Dt 32,10). Israel debe experimentar en el desierto que no debe tener otra posesión que a Dios. Entonces, una vez purificado, podrá entrar a conquistar Canaán, “lugar donde no falta nada de lo que se puede tener en latierra” (Jc 18,10).
Yahveh interviene en esta conquista: él es quien da la tierra a su pueblo (cf. Sal 135,12). La tierra se obtiene sin fatiga (cf. Jos 24,13), es un regalo gratuito, una gracia, como la alianza de la que ella es expresión (cf. Gn 17,8; 35,12; Ex 6,4.8).
Israel se entusiasma con la tierra que Dios le ha dado, porque Dios no lo ha decepcionado. “Es un país bueno,muy bueno” (Nm 14,7; Jc 18,9), que contrasta con la aridez y la monotonía del desierto. A este “dichoso país de torrentes y de fuentes..., país de trigo y de cebada, de viña, de higueras, de granos, país de olivos, de aceite, de miel, país donde no está medido el pan” (cf. Dt 8,7-9), el pueblo se apega sin dudar.
La tierra y sus bienes son recuerdo permanente del amor y de lafidelidad de Dios a su alianza. Quien posee la tierra posee a Dios, porque Yahveh no es sólo el Dios del desierto, sino que la tierra de Canaán ha venido a ser su residencia. Tan ligado está Dios con la tierra, que David no cree posible adorarlo en el extranjero, tierra de otros dioses (cf. 1 Sm 26,19), y Naamán se lleva a Damasco un poco de tierra de Israel para poder dar culto a Yahveh (2 Re 5,17).
3. EL DRAMA DE ISRAEL EN SU TIERRA
La tierra es un regalo, pero también exige por parte del pueblo un esfuerzo, y un compromiso:
El trabajo, una ley para quien quiera recibir las bendiciones divinas; no se puede dormir en tiempo de siega (cf. Pr 10,5; 12,11; 24,30-34).
Manifestar la alabanza a Dios, la acción de gracias y la dependencia de él. Ese el sentido de las fiestas, en su origenprobablemente fiestas agrarias, que asocian la vida cultual con los ritmos de la naturaleza: la pascua y los ázimos (cf. Ex 12,14), la siega, las primicias (cf. Ex 23,16), de la recolección.
Reglas del uso de la tierra: hay que dejar espigar al pobre y al extranjero (Dt 14,29; 24,19-21); para no esquilmar el suelo hay que dejarlo en reposo cada siete años (cf. Ex 23,11). El sentido de esta ley, a la vezreligiosa y social, es marcar la autoridad de Dios, a quien pertenece el suelo por derecho.
Pero una vez que Israel esté asentado en la tierra, una vez que se haya vuelto sedentario y empiece a explotarla, la misma tierra se convertirá en prueba y tentación. Israel, pueblo pastoril y seminómada, peregrino de un país a otro, tendrá que aprender a vivir en la tierra. Al mismo...
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