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II—EL ESPIRITU DEL CAPITALISMO
El concepto “espíritu del capitalismo” que integra el título global de este estudio, no deja de ser
algo presuntuoso. A la pregunta ¿qué ha de entenderse por eso?, contestaremos que si nos
empeñamos en dar con algo que se aproxime a una “definición”, habremos de tropezar de
inmediato con ciertos escollos queestriban en la propia naturaleza del objeto a investigar.
De ser posible hallar algo a lo cual pueda aplicársele dicho concepto, sería, únicamente, una
“individualidad histórica”, es decir un conjunto de eslabones en la realidad histórica, que
nosotros enlazamos en un todo, basándonos en su significado cultural.
Sin embargo, no podemos definir este concepto histórico (o “delimitarlo”),ajustándolo al
esquema genus proximum, dif erentia specifica, ya que su contenido lleva implícito un fenómeno
cuyo significado está en su característica individual; antes bien, opuestamente, tiene que
ajustarse o elaborarse con una serie de elementos encontrados en la realidad de los hechos
históricos. Esta es pues la razón por la cual no podemos dar como concluyente la determinación
conceptual desdelos inicios de la investigación, sino hasta que lleguemos al final de ella. Para
mayor claridad, añadiremos que únicamente a lo largo de las discusiones y como evidente
consecuencia de ellas, se verá con facilidad la definición más conveniente, es decir, la más
apropiada desde los puntos de vista que interesan para entender lo que denominamos el espíritu
del capitalismo. Mas, esos puntos devista a los cuales habré de referirme aún más adelante, no
han de ser los únicos de qué valernos para examinar los fenómenos históricos que estudiamos. Si
partimos desde otras observaciones, un hecho histórico cualquiera nos mostrará otros aspectos
“esenciales” de lo cual se deduce que, por “espíritu del capitalismo”, no sólo debe entenderse lo
que como esencial se revela para nosotros en estainvestigación. Es una característica inherente
de toda formación de conceptos históricos el hecho de que, para sus objetivos metódicos, no
requiere ocultar la realidad en genéricos conceptos abstractos, sino que pretende articularla en
concretos nexos genéticos de inevitables matices siempre individuales.
No obstante, siempre que se trate de fijar un objeto, por la mediación de análisis einterpretación
histórica, es imposible definirlo por anticipado; a lo sumo puede intentarse una previa y eventual
definición de aquél —que en este caso que nos ocupa es el “espíritu del capitalismo”—. Tiene
que existir un acuerdo en ello para quedar conformes acerca del objeto a investigar. Por tal
motivo nos apoyamos en un documento inspirado en dicho “espíritu” en cuyo contenido
hallamos connotable nitidez lo que de manera más directa nos interesa, además, está des
provisto, venturosamente, de una coherencia directa con la religión y, por consiguiente, tiene la
virtud de estar “libre de su puestos” —para nuestro tema.
“Considera que el tiempo es dinero. Aquel a quien le está dado ganar diez chelines por día con su
trabajo y se dedica a pasear la mitad del tiempo, o a estar ocioso ensu morada, aun que destine
tan solo seis peniques para sus esparcimientos, no debe calcular sólo esto, sino que, realmente,
son cinco chelines más los que ha gastado, o mejor, ha derrochado”.
“Considera que el crédito es dinero. Si la persona a quien le un dinero deja que éste siga en mi
poder, permite, además, que yo disfrute de su interés y de todo cuanto me sea posible ganar con
él entanto transcurre el tiempo. De tal manera se puede acumular una cantidad considerable si se
tiene buen crédito y capacidad para emplearlo bien”.“Considera que el dinero es fecundo y provechoso. El dinero puede engendrar dinero, los
sucesores pueden engendrar aún más y así unos a otros. Si cinco chelines son bien colocados, se
convertirán en seis, éstos, a su vez, en siete que, asimismo, podrán...
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