Luz negra
Un silencio antes de comenzar.
El verdugo afilauna vez más – la última vez – el hacha. Yo aprieto mis dedos por el frío y porque, con esa preocupación profesional suya en los detalles, el verdugo evidencia que intuye lo que en mí es ya certeza:que el condenado es él. Que yo soy el verdugo.
Ahora subo, paso a paso, los escalones del cadalso. Lo hago lentamente, morosamente, no sólo porque llevo atadas las manos a la espalda, sino tambiénporque, con esta lentitud y morosidad, sufre el verdugo; es decir, mi víctima. Me detengo arriba y veo, en redondo, los ojos ávidos de la multitud. Yo puedo ver ese paisaje cara a cara; el verdugo, pesea la negra máscara que grita su identidad, sólo puede verme a mí.
Y tiembla. Estoy seguro de que tiembla. Necesita, para disimular sus estremecimientos, sujetar duro el hacha.
Cuando apoyo elmentón sobre la casta superficie de madera, el verdugo levanta el filo y lo descarga con un supremo esfuerzo, sin pausa ni tardanza. Mi cabeza rueda, y se desploma mi cuerpo; pero su esfuerzo me redimea mí, y esclaviza para siempre a mi víctima.
El verdugo mira mi sangre, y yo clavo los ojos en el cielo.
PRIMER CUADRO
(Nota del Editor:Extracto)
MOTER
(Abruptamente) ¡Shssss!
Entra elhombre que acompañaba a la muchacha. Observa a los dos; luego cubre con un pañuelo la cabeza de Moter, ocultándole la cara. Se persigna y sale por donde entró. Tiempo.
GOTER
Se ha ido.
MOTER¡Maldición! Me ha puesto un pañuelo sobre la cabeza, y oculta mis ojos.
GOTER
¿Un pañuelo?
MOTER
Sí, el muy estúpido.
GOTER
Acostumbran cubrir los cuerpos.
MOTER
Ya lo sé; pero...
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