Minuto En Waterloo
AQUEL MINUTO EN WATERLOO...
Napoleón, Grouchy y Rothschild... - 18 DE JUNIO DE 1815 -
La estrella del destino rige a los poderosos y a los violentos. Durante años se convierte en la esclava servil de un solo hombre. Como sucedió con Alejandro, César y Napoleón.
Rarísimas veces, en elespacio de los tiempos, impulsada por su caprichosa veleidad, se entrega al azar a un cualquiera. Rarísimas veces —momentos maravillosos de la historia de la Humanidad— el hilo de los hados se detiene un instante en la indiferente mano de un hombre que se siente más asustado que feliz ante la borrasca de responsabilidades que le empuja entonces a tomar parte en el heroico espectáculo del mundo, yla mano deja escapar el hilo que había retenido unos segundos. Son poquísimos los que se dan cuenta de ese azar y lo aprovechan para elevarse. Efímero es el momento en que la grandeza se entrega a los pusilánimes, y la suerte no volverá a ellos por segunda vez.
GROUCHY...
En medio de los bailes, de los galanteos cortesanos, de las intrigas y discusiones del Congreso de Viena suena como uncañonazo la noticia de que Napoleón, el desterrado en la isla de Elba, había huido de allí y se encontraba en Francia. Uno tras otro van llegando los mensajes: ha conquistado Lyón y expulsado al Rey; fanáticamente van las tropas a su encuentro; ya está otra vez en París, en las Tullerías. Han sido inútiles Leipzig y los veinte años de guerras homicidas. Asustados, los intrigantes ministros ya no puedendiscutir. Se apresuran a ponerse de acuerdo en aquel momento de peligro para todos. Se organiza rápidamente el ejército inglés, el austríaco, el prusiano y el ruso, cuyo único objetivo es destruir definitivamente el poder del usurpador: jamás estuvo Europa tan unida como en aquellos momentos de pánico. Desde el Norte se dirige Wellington contra Francia; Blücher, con su ejército prusiano, se acercapara ayudarle; Schwarzenberg toma posiciones en el Rin, y los pesados y lentos regimientos rusos, formando las reservas, pasan por Alemania.
Le basta a Napoleón una sola mirada para darse cuenta del peligro mortal que le acecha. Sabe que no puede perder tiempo, que no debe esperar a que sus enemigos se reúnan. Es preciso dividirlos, atacarlos por separado, a los prusianos, a los ingleses, a losaustríacos, antes de que se conviertan en homogéneo ejército europeo y produzcan el hundimiento de su Imperio. Ha de apresurarse; en su propio país, los enemigos se despiertan. Debe vencer antes de que los republicanos cobren más fuerza y se unan a los realistas, antes de que el hipócrita y enigmático Fouché, de acuerdo con Talleyrand, émulo suyo, destruya a su espalda la victoria. En un impulsotrascendental debe aprovechar el delirante entusiasmo de sus tropas para arremeter contra el enemigo. Cada día significa una pérdida, en cada hora se oculta un peligro. Por eso no vacila en tirar los dados sobre el campo de batalla más ensangrentado de Europa: Bélgica. El 15 de junio, a las tres de la madrugada, la vanguardia del grande y único ejército de Napoleón pasa la frontera. El 16, laemprenden ya contra los prusianos y los hacen retroceder.
Es el primer zarpazo del león que se siente en libertad, zarpazo terrible pero no mortal. Vencido pero no aniquilado, el ejército prusiano se retira hacia Bruselas.
Retrocede Napoleón para asestar el segundo golpe contra Wellington. No tiene tiempo de tomar aliento; cada día que pasa supone un refuerzo para el enemigo. Además, detrás de él...
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