Olimpiadas
17 de febrero de 2002
Más de 110 enviados especiales. editores, ingenieros. Más de 400 metros Comentaristas, especialistas, reporteros, productores, comediantes, asistentes,
cuadrados de estudios en el Centro Internacional de Televisión. Cámaras, camionetas rentadas, cuartos de hotel y hasta ropa térmica especial. Siete horas de programación diaria, programas en vivo,resúmenes, enlaces en directo, entrevistas y puestos de transmisión en la montaña y en el Domo del Hielo. Eran la nueve de la noche con dos minutos del viernes 8 de febrero en el estadio Eccles Rice, cuando un periodista noruego me preguntó: ¿Cuántos atletas mexicanos hay aquí? Han desplegado una gran cobertura. ¿Cuántas medallas piensan ganar? La pregunta me dejó más frío que los ocho gradoscentígrados bajo cero que acompañaban a la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos Invernales. Sólo unos minutos después, la bandera mexicana, escoltada por cuatro atletas, daba la vuelta sobre la pista de hielo. “Nosotros estamos aquí por esfuerzo propio. Es verdad que no aspiramos a ganar medallas, pero tenemos el derecho de participar”, dice el capitán del equipo de bobsled, Roberto Tamez. Siusted pregunta por las calles de la Ciudad de México qué es el bobsled, lo más seguro es que le respondan que es una comida europea, una nueva marca de shampoo o igual le contestan con una grosería. No es la primera vez que México envía una delegación a unos Juegos Olímpicos Invernales, aunque por las condiciones climáticas y geográ cas del país sigue siendo una rara costumbre. Además del equipo debobsled, conformado por tres personas, también asiste Luis Carrasco, un joven de 39 años dedicado a deportes extremos y que compite en la modalidad del skeleton, disciplina por demás exigente en la que el atleta, acostado boca arriba sobre un delgado trineo, desarrolla velocidades por encima de los 140 kilómetros por hora. Las imágenes de los atletas mexicanos en preparación a la justa estabanllenas de ironía. Mientras en Europa, durante todo el mes de enero, se llevaban a cabo las pruebas de la Copa Mundial en montañas y valles completamente nevados, en el Centro Deportivo Olímpico Mexicano, bajo el sol de los 22 grados, Carrasco sufría para empujar un pesado “trineo de ruedas”, asesorado por el atleta mexicano de los 400 metros, Alejandro Cárdenas. “Para mí el peligro es una forma devida. Estar aquí es un sueño hecho realidad. Lo voy a disfrutar”, dice Carrasco, apodado El Cuas, y quien consiguió su clasi cación a Salt Lake City sólo una semana antes del evento. Las escasas posibilidades de los pocos deportistas mexicanos contrastan con el
FAITELSON. El Diario de una Pasión
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despliegue realizado por las dos televisoras de señal abierta en nuestro país. Tanto TVAzteca, como Televisa, dueñas de los derechos a través de la Organización de la Televisión Iberoamericana (OTI), han realizado un enorme esfuerzo y un gran gasto por la teleaudiencia del evento. El Centro Internacional de Televisión está acaparado por la NBC, transmisora o cial en Estados Unidos, y las empresas europeas. Ni Chile ni Argentina, que cuentan con deportes invernales, tienen un espaciofísico, y tampoco Brasil, el “gigante sudamericano” del deporte, que a un mundial de futbol es capaz de mandar más de 600 enviados de prensa. Hay grandes atletas, deportes espectaculares, emoción, horizontes maravillosos, pocos deportistas mexicanos, ninguna posibilidad de medalla y sí muchos enviados de la televisión mexicana que parecen estar jugando su propia olimpiada. Después de todo, para el98% de los capitalinos lo más cercano a la nieve es un amanecer sin contaminación que permita ver una bella postal del Popocatépetl, el Iztaccíhuatl y el mismísimo Ajusco.
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Eran la nueve de la noche con dos minutos del viernes 8 de febrero en el estadio Eccles Rice, cuando un periodista noruego me preguntó: “¿Cuántos atletas mexicanos hay aquí? Han desplegado una gran cobertura....
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