¿Pomgo O No Pongo Pedal?
“-¿Quién es?- preguntó la amada
desde adentro.
- ¡Soy tú! -.
Y la puerta se abrió inmediatamente.”Attar de NeishapurEn una de las aulas de una de las más importantes y prestigiosas escuelas de música de Nueva York, una de las más reconocidas maestras de piano del mundo intentaexplicarle a una virtuosa alumna china una de las obras para piano más complejas del compositor alemán Robert Schumann. El nombre de la escuela: Manhattan School of Music; el nombre de la maestra: Nina Svetlanova; el nombre de la obra del compositor alemán: Carnaval Op. 9; el nombre de la alumna china: es mejor omitirlo, porque la historia que voy a contar no le favorece. La historia es verídica, mela narró un testigo presencial de la misma, Juan Pablo Horcasitas, quien es un joven y excelente pianista mexicano recién graduado en la escuela mencionada, y alumno también de la maestra Ninna Svetlanova. Pero la historia no sólo es verídica, es también representativa de una realidad a la que me quiero referir como punto de partida para la reflexión hermenéutica en relación con la compasión en lainterpretación musical que es el motivo de esta ponencia. Pero siendo ésta una historia que refleja, como muchas otras, una realidad muy común en el ámbito de la interpretación musical, me interesa más que otras porque sucedió precisamente en una de las más importantes escuelas de música de Nueva York, a una de las más reconocidas maestras de piano del mundo, con una alumna que no sólo eravirtuosa sino que también era china (lo cual en nuestros tiempos es casi sinónimo) y con una de las obras para piano que más posibilidades ofrecen para entender las intenciones que llevaron a su creador, Robert Schumann, a componerla, el Carnaval Op. 9.Vayamos por partes. La maestra Svetlanova, que ha seguido atentamente la ejecución de la obra mencionada con la partitura de la misma abierta sobre suspiernas, interrumpe la virtuosa ejecución de la pianista china justo en aquel fragmento del Carnaval que lleva el nombre de Chiarina, para explicarle a su alumna lo siguiente: que Robert Schumann fue un compositor alemán nacido en 1810, lo cual significa, entre otras cosas, que el destino le deparó la suerte de vivir en un siglo en el que el fenómeno del solista virtuoso que deslumbraba con sutécnica y su prodigiosa ejecución a las multitudes (fenómeno iniciado por la figura del violinista Nicoló Paganini), se va a extender a lo largo y ancho del mundo musical europeo. Czerny, Cramer, Thalberg, Tausig, Liszt, Mendelssohn, Chopin, Wieck, entre otros muchos etcéteras, son sólo algunos de los nombres de los tantos virtuosos que con sus ejecuciones causaron furor en los salones donde se codeabanla decadente aristocracia del siglo XIX y la cada vez más próspera burguesía europea. El mismo Robert Schumann estaba llamado a ser uno de esos tantos virtuosos, pero su excesivo celo por alcanzar la perfección técnica lo llevó a utilizar un aparato que lo único que le dejó fue una irreversible parálisis por anquilosamiento del dedo anular de su mano derecha y una depresión que, aunada a sustendencias naturales a los desequilibrios psíquicos, casi lo llevan a la locura, razón por la cual se dedicó más a componer que a tocar.
En 1834, Schumann, quien además tenía no poco talento para la pluma, publica en colaboración con otros artistas y poetas el primer número de la que sería una de las gacetas de crítica musical más importantes de su tiempo, la Neue Zeitschrift für Musik. En ella,el compositor y sus partidarios musicales se asumen como la Davidsbündler (Cofradía de David): “encargados de abatir mortalmente a los ‘filisteos’ de la música y las demás artes….En cada artículo, en cada frase, los autores hostigan a lo falso, al relumbrón, a la “hipocresía”, a la fealdad y a los polígrafos de oropel”. “Uno tras otro”, artistas como “Cramer, Czerny, Thalberg, Ruckgaber,...
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