Romanticismo
“¿Acaso tú, ¡oh, amablísimo lector!,
has experimentado alguna ocasión
algo que llenara por completo tu pecho,
tu alma y tus pensamientos,
desplazando todo lodemás?”
Un narrador que se autopresenta y que se sitúa fuera de la historia pero sin embargo al tanto de todos los detalles, recorre la vida del protagonista como si la hubiese vivido con él. Un rolcasi de historiador, pero con conocimiento de ambos lados, porque también se puede prever una idea de lector; más específicamente en el caso de Schiller:
“La enseñanza que aporta se pierde con estasalusiones, y la Historia, en lugar de ser una escuela de formación, ha de contentarse con el mísero mérito de nuestra curiosidad. Si ha de llegar a tener para nosotros algo más de valor y aumentar asísu vasto radio de acción, tendrá necesariamente que elegir entre estos dos métodos: o bien el lector ha de acalorarse tanto como el protagonista, o el protagonista sentirse tan impasible como ellector.”
Con estas posibilidades de relación entre el protagonista y el lector, busca orientar al último a no dejarse llevar por la primera posibilidad, analizar al personaje y tratar de entenderlo antesde emitir algún tipo de juicio frente a las situaciones que se desarrollan en la historia, “tenemos que conocerlo antes de que actúe, tenemos que verle no sólo perpetrar la acción, sino tambiéndesearla”. Busca que haya un acercamiento al lector que le permita sentirse identificado. De alguna manera el narrador se acerca a poner sus cartas sobre la mesa, a mostrarle al lector su intención depresentar algo que le compete y que los dos están ubicados en un mismo nivel; característica que también encontramos en la narración de Hoffmann, con claras adulaciones al lector con el fin de excusarsepor un relato que podría no estar bien constituido o no le fuera concerniente:
“Te confieso, venerable lector, que en realidad nadie me ha preguntado por la historia del joven Nathanael; pero...
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