Sherlock Holmes
El Signo de los Cuatro
El Signo de los Cuatro
Título original: Sign of the Four, 1890
Texto procedente de
http://es.wikisource.org/wiki/El_signo_de_los_cuatro
Maquetación para la web
http://www.sherlockholmesonline.es
Índice de contenido
El Signo de los Cuatro......................................................4
1. La deduccion elevada a la categoriade ciencia.......7
2. Exposición del asunto............................................19
3. En busca de una solución.......................................27
4. El relato del hombre calvo.....................................35
5. El drama del Pabellón Pondicherry.......................49
6. Teoría de Sherlock Holmes....................................59
7. El incidente deltonel.............................................71
8. Los irregulares de Baker Street..............................87
9. En Kalta.................................................................99
10. El final de un isleño...........................................113
11. El tesoro de Agra................................................125
12. La extraña historia de Jonathan Small...............133
1.La deduccion elevada a la categoria de
ciencia
Sherlock Holmes cogió el frasco sobre la chimenea y
sacó una jeringa pravaz de un cajoncito. Ajustó la
delicada aguja con sus largos, blancos y nerviosos
dedos y se remangó la manga izquierda de la camisa.
Durante unos momentos, sus ojos pensativos se
posaron en el fibroso antebrazo y en la muñeca,
marcados por las cicatrices de innumerablespinchazos.
Por último, clavó la afilada punta, apretó el minúsculo
émbolo y se echó hacia atrás, hundiéndose en la butaca
tapizada de terciopelo con un largo suspiro de consuelo.
Desde hacia algunos meses habia presenciando esta
escena tres veces al día, pero la costumbre no había
logrado que mi mente la aceptara. Por el contrario, cada
día me irritaba más contemplarla, y todas las noches meremordía la conciencia al pensar que me faltaba valor
para protestar. Una y otra vez me hacía el propósito de
decir lo que pensaba del asunto, pero había algo en los
modales fríos y despreocupados de mi compañero que
lo convertía en el último hombre con el que uno querría
tomarse algo parecido a una libertad.
Su enorme talento, su actitud dominante y la
experiencia que yo tenía de susmuchas y
extraordinarias cualidades me impedían decidirme a
enfrentarme con él.
Sin embargo, aquella tarde, tal vez a causa del
beaune que había bebido en la comida, o tal vez por la
irritación adicional que me produjo lo descarado de su
conducta, sentí de pronto que ya no podía aguantar
más.
––¿Qué ha sido hoy? ––pregunté––. ¿Morfina o
cocaína?. Holmes levantó con languidez la mirada delviejo volumen de caracteres góticos que acababa de
abrir.
––Cocaína ––dijo––, disuelta al siete por ciento. ¿Le
apetece probarla?
––Desde luego que no ––respondí con brusquedad––.
Mi organismo aún no se ha recuperado de la campaña
de Afganistán y no puedo permitirme someterlo a más
presiones.
Mi vehemencia le hizo sonreír.
––Tal vez tenga razón, Watson ––dijo––. Supongo que
su efectofísico es malo. Sin embargo, la encuentro tan
trascendentalmente estimulante y esclarecedora para la
mente que ese efecto secundario tiene poca
importancia.
––¡Pero piense en ello! ––dije yo con ardor––.
¡Calcule lo que le cuesta! Es posible que, como usted
dice, le estimule y aclare el cerebro, pero se trata de un
proceso patológico y morboso, que va alterando cada
vez más los tejidos ypuede acabar dejándole con
debilidad permanente. Y además, ya sabe qué mala
reacción le provoca. La verdad es que la ganancia no
compensa la inversión. ¿Por qué tiene que arriesgarse,
por un simple placer momentáneo, a perder esas
grandes facultades de las que ha sido dotado?
Recuerde que no le hablo sólo de camarada a
camarada, sino como médico a una persona de cuya
condición física es, en...
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