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Después de perder a mi esposa en el otoño de 1982, escuché acerca de un hombre que, poco después de la muerte de su compañera, puso estas palabras en su refrigerador: “La vida es lo que ocurre mientras estamos haciendo otros planes”. Si traducimos esta frase a las ciencias sociales, se convierte en un grito de protesta en contra de las teorías de interpretacióncultural, que otorgan excesiva importancia a las normas explícitas y las estructuras estáticas. En las siguientes líneas, abogo por que el análisis social reconozca que gran parte de la vida humana ocurre sin planificación ni expectativas. Los planes y las expectativas también pueden cambiar de formas, las cuales generalmente pasan desapercibidas.
Tal vez las sabias palabras de Ann Landerspuedan explicar los motivos prácticos de esta crítica. En enero de 1984 apareció en su columna una carta de una “mujer de mediana edad” firmemente heterosexual que “había trabado amistad con una Señorita X”: “Íbamos a almorzar juntas dos veces por semana. Después del segundo almuerzo, ella empezó a saludarme y despedirse con un beso. No me gusta. Tengo la extraña sensación de que ella tal vez es una deesas chicas divertidas. Si los besos continúan, nuestra amistad deberá llegar a su fin. ¿Pero cómo saber con seguridad si ella es -digamos- diferente? No puedo ir simplemente y preguntárselo. Me sentiría muy mal si nuestra amistad terminase por una corazonada y luego me entero de que estaba equivocada. Por favor, dígame qué hacer”.
Ann Landers respondió: “La ‘evidencia’ que me ha proporcionadohasta ahora es insuficiente. Muchas mujeres heterosexuales se saludan con un beso. El tiempo es su mejor aliado. Hasta que no tenga algo más específico, no se apresure a sacar conclusiones”.
Esta respuesta nos sugiere, de manera muy persuasiva, que en la vida cotidiana es tan sabio guiarse tanto por planes y predicciones como esperar para ver cómo se desarrollan los acontecimientos. Cuando duda,la gente descubre cosas sobre su mundo, viviendo con ambigüedad, incertidumbre o simplemente ignorancia, hasta el día en que su experiencia le permite aclarar los hechos. En otras palabras, con frecuencia improvisamos, aprendemos haciendo, y hacemos las cosas conforme vivimos.
La respuesta de Ann Landers indica que la gente suele vivir con ambigüedad, espontaneidad e improvisación. Las relacioneshumanas pueden ser negociadas, estar en disputa o disponibles. En estos casos, las expectativas culturales y las normas sociales no son guía suficiente para nuestra conducta. Por otra parte, las etnografías clásicas son leídas como si fueran un esfuerzo concertado por refutar la respuesta de Ann Landers. En estas descripciones, la vida social parece regulada por esquemas de conducta bien definidosy uniformemente compartidos. Desde esta perspectiva, los seres humanos, simplemente, siguen las reglas y no esperan a ver lo que el tiempo les dirá.
La sabiduría de la respuesta de Landers se parece a una propuesta desarrollada en el interior de la antropología, bajo el nombre de análisis procesual. Este análisis subraya la importancia del método de historias de caso; muestra cómo las ideas, losacontecimientos y las instituciones interactúan y cambian a través del tiempo. Estos estudios se parecen más al diagnóstico médico de un paciente particular que a generalizaciones acerca de una determinada enfermedad. Por ejemplo, en lugar de preguntarse acerca de las causas de una enfermedad cardíaca en general, este análisis utiliza una mezcla de generalizaciones y conocimientos específicospara hacer juicios complejos acerca de cómo tratar a un paciente que, digamos, hace poco ejercicio, tiene una determinada edad, sufre de anginas, tiene una elevada presión sanguínea, una larga historia de alergias y una tendencia hacia la obesidad. Se procura, entonces, entender casos particulares, y mostrar cómo convergen algunos factores, en lugar de separarlos, uno por uno, y mostrar sus sendos...
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