Tareas
En el verano de 1485, poco antes de que Enrique Tudor derrotara y matara a Ricardo III, último monarca de la casa de York, una misteriosa enfermedad conocida como "Sudor inglés" (Sudor anglicus) apareció en la costa de Gales y se extendió a la ciudad de Londres.
Como más tarde la describió el médico de la corte, John Caius, la enfermedad se presentaba abruptamente, conaprensión, escalofríos, vértigos, dolor de cuello y postración. En su fase aguda las víctimas sudaban profusamente, padecían sed intensa y sufrían fiebre miliar; la muerte sobrevenía con frecuencia dentro de las 24 horas siguientes; la convalecencia duraba de 8 a 14 días. Ocurrieron cinco grandes epidemias de este mal en las seis décadas siguientes; una de ellas redujo a la mitad la población de Oxford yde Cambridge
Un azote todavía más devastador fue el terrible tifus[5], descrito con exactitud por primera vez por Girolamo Fracastoro. Víctimas del tifus perecieron 17.000 personas durante el sitio de Granada; en 1529 casi todo el ejército francés que sitiaba a Nápoles fue barrido por la enfermedad. En Inglaterra se le llamó "fiebre de las prisiones", porque los reclusos solían contraerla.
Losniños del Renacimiento sufrieron rickettsiosis: Ambrosio Paré, en el siglo XVI, describió el pie valgus y el varus. El escorbuto constituyó un azote para los marineros en viajes largos; esta enfermedad ya había sido observada en la Edad Media en las ciudades sitiadas.
Ulrich Ellenbog, en un folleto escrito en 1472, trató sobre la prevención de "venenos, vapores nocivos y exhalaciones de metales".El médico alemán y padre de la mineralogía, Georg Agricola, describió las enfermedades y accidentes de los mineros. Durante el Renacimiento se registraron brotes esporádicos de viruela y paludismo, enfermedades comunes en la Edad Media.
La sífilis hizo su trágica aparición en esta época, mientras Carlos VIII de Francia sitiaba la ciudad de Nápoles en 1493, difundiéndose como una plaga, cual laMuerte Negra. Fueron los ejércitos mercenarios quienes extendieron la enfermedad por todo el continente de Europa.
Años más tarde fue completamente reconocida la naturaleza sexual de la "enfermedad del amor", iniciándose una campaña contra las casas de lenocinio y las prostitutas, para dominarla. Algunas ciudades trataron de expulsar a las rameras y otras establecieron normas legales paraobligarlas a exámenes médicos.
Se crearon hospitales especiales; algunas comunidades trataban gratuitamente a los enfermos, por lo general con generosas unturas de mercurio. Los curanderos, llamados "engrasadores de pústulas", untaban a sus pacientes de arriba a abajo con el llamado "ungüento sarraceno", sometiéndolos después a baños de sudor; la sialorrea y la diaforesis eran consideradas como víaspara la eliminación del veneno sifilítico.
Una creencia generalizada era que la enfermedad era originaria de América. El médico sevillano Ruy Díaz de la Isla, trató a los marineros de la expedición colombina en 1493, llegando a la conclusión de que habían contraído la enfermedad en Haití. Sin embargo, algunos documentos del Renacimiento hacen referencia a la enfermedad en la fecha de 1440 y unaúlcera crural típicamente sifilítica figura en una pintura de 1461.
Algunos atribuían a la nueva enfermedad un origen divino, astral; para salvaguardar el orgullo nacional se consideró también un vituperio achacable a otros países: los franceses le llamaron mal napolitain, los italianos mal francese; y, además de morbus gallicus, se le denominó también mal lusitano y mal español. La sífilis vino aser la plaga y el rompecabezas del Renacimiento.
El epidemiólogo
En el centro humanista que fue la Universidad de Padua había, a principios del siglo XVI, un condiscípulo de Copérnico: el joven caballero de Verona, Girolamo Fracastoro (1483-1553), de familia adinerada: sus padres poseían una villa sobre el Lago de Garda y una casa de campo cerca de Verona. Fracastoro pasó la mayor parte de su...
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