Tato
Recuerdo cuando fundamentó a favor de la reelección indefinida de Hugo Chávez, febrero de 2009. Lo hizo con unasoltura, con una capacidad de transgresión conceptual que me abrió muchísimo la cabeza, porque esa era, quizá, una de sus grandes virtudes: ir siempre un poquito más allá, estar siempre en la vanguardiapero sin alejarse de la monada (si, monada). Tato era de esos que tocaban notas no muy conocidas y hacía arreglos poco usuales, para decirlo musicalmente. Eso lo diferenciaba. Porque tocar lo conocidoes relativamente fácil, lo jodido es tocar lo que pocos conocen y por ende pocos entienden. Era un peronista con una formación cultural impresionante pero tenía un barrio y un conurbanismo que lefacilitaba emitir con palabras sencillas razonamientos complicados. Alguna vez, hablando de cómo era nuestra relación, de periodistas oficialistas con el gobierno, me dijo: "El problema es que a los tiposcomo nosotros, que estamos jugadísimos con el proyecto, el kirchnerismo nos trata como esos maridos que se saben perdidamente amados por sus esposas y entonces se mandan cualquiera porque tienen laplena seguridad que les van a perdonar todo"
Hemos perdido a un cuadro comunicacional de esos que no tienen reemplazo, así de sencillo, así de grave. Me toca, además, el raro privilegio de ocupar unespacio en el que él estuvo hasta último momento: la segunda mañana de la 530, la querida radio de las Madres. Trataré de honrar su memoria sin, por supuesto, llegarle a los talones.
Un abrazo,...
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