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Alfredo T. García *
Introducción
En los inicios de los noventa, y acorde con el marco conceptual denominado “Consenso de Washington” se fomentó la liberalización de la cuenta de capital de los países periféricos, en procesos que en la mayoría de los casos fueron abruptos y que no contaron con los resguardos suficientes.
Según reconoce el ComitéEjecutivo de Asuntos Económicos y Sociales de las Naciones Unidas, la liberalización que ha sido fomentada por los países industrializados “contrasta con la evolución histórica de la mayoría de esos países, que incluye extensos períodos de control de capitales y una liberalización muy gradual de dicha cuenta en las últimas décadas” [1].
En los años posteriores, luego de experiencias como el “Tequila” ymás precisamente la crisis de los dragones asiáticos, las publicaciones de organismos como el Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional comenzaron a reflejar opiniones mas cautas sobre la liberalización, en función de las experiencias obtenidas a través de las crisis por las cuales pasaron los distintos países. Un elemento coincidente es que los países que sufrieron las crisis mostraroncon anterioridad a la misma un proceso de liberalización financiera significativo, con débiles sistemas bancarios domésticos y especialmente laxos mecanismos de control.
De allí que, si bien las mencionadas publicaciones mantienen la recomendación de liberalizar la cuenta de capitales, ésta se encuentra sujeta a una serie de condiciones previas como el fortalecimiento de los sistemas bancariosdomésticos y de la moneda, conjuntamente con una liberalización gradual y acompasada.
En el transcurso de la década, se instalaron en la discusión económica las nuevas posturas teóricas que analizan la esencia de la actividad financiera, entre ellas los aportes de Stiglitz y Mishkin [2], que detallan la existencia de competencia imperfecta en los sistemas financieros debidas a “fallas de mercado”basadas principalmente sobre la asimetría de la información, que genera los fenómenos de selección adversa y riesgo moral. En este contexto teórico, Stiglitz [3] establece el rol que le corresponde jugar al estado basado sobre las fuertes discrepancias entre retornos sociales y privados de la actividad crediticia, discrepancias que son más amplias en el caso de los bancos extranjeros.
El gobiernodebe intervenir en el mercado financiero para compensar estas fallas, no sólo a través de medidas regulatorias, sino también a través de la intervención en las instituciones financieras e incluso en la provisión de préstamos directos.
Recientes publicaciones del FMI reconocen la eficiencia de medidas de control de capitales para disminuir los efectos de los shocks externos e incluso supotencialidad para mejorar la calidad de los flujos de capital ingresados, aunque, no necesariamente recomiendan la aplicación de estas medidas o las restringen a períodos cortos [4].
La definición de los objetivos del Plan Fénix implica ir más allá de este marco teórico, avanzando en regulaciones consistentes con el desarrollo productivo con equidad, y que reduzcan la vulnerabilidad de la economía a losshocks externos generada, entre otros, por la liberalización indiscriminada de la cuenta de capital.
Respecto del marco político, cualquier propuesta económica sólo tendrá validez si existe una fuerza social capaz de instrumentarla. Requiere esencialmente un fuerte consenso político y social que actualmente no existe y que habrá que construir entre todos. Es por ello que las propuestas, en estaetapa histórica de nuestro país, deben ser orientativas, con el objetivo de contribuir a crear ese consenso necesario. Cuando el consenso se origine, será el momento de avanzar en las medidas de política concretas, que serán definidas en el marco del consenso obtenido.
II. Descripción del Sistema Financiero Argentino
Si bien la ley de Convertibilidad fijó una gran limitación al...
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