Trabajo pr ctico



/ NOMBRE DEL PROYECTO: *
r “El derecho a la educación desde la perspectiva de género”

/ FUNDAMENTACIÓN: 
Coincidimos con los autores, alineados en la teoría crítica, que afirman el papel de la escuela en la reproducción de las relaciones sociales de producción, reconociendo, a su vez, que existen en ellas diversas formas de resistencia, resignificación o de contra-hegemonía. Ambos tipos deprocesos se expresan en los contenidos y en las prácticas escolares.1
El neoliberalismo y la emergencia de experiencias de educación, por fuera del sistema público estatal (o dentro de él marcando diferencias con lo “universal”), reavivaron el debate entre escuela pública y alternativas.
Existen procesos de autoridad que es necesario repensar y recuperar, en la escuela, en términos de autorizar,habilitar, dar la palabra.
Sostenemos la concepción de educación popular de Paulo Friere2 y asumimos el desafío de hacer educación popular en el cuerpo de la red de educación Pública.
La educación popular, sostiene Freire, es aquella educación que se constituye como un “nadar contra la corriente” y se define como sustantivamente democrática, jamás separa la enseñanza de contenidos del develamientode la realidad, busca la formación científica y la claridad política, busca que la escuela se aproxime a la comunidad y a los movimientos populares aprendiendo de ellos y para poder enseñarles también. Entiende la escuela como un centro abierto a la comunidad, supera los prejuicios de clase, sexo y se radicaliza en la defensa de la democratización de las relaciones entre la escuela y el mundofuera de ella. No considera suficiente cambiar tan solo las relaciones entre profesoras y profesores y alumnos y alumnas sino que critica la naturaleza explotadora y autoritaria del capitalismo.
En sus orígenes los C.E.N.S. nacieron a partir de acuerdos firmados entre la D.I.N.E.A.3 y distintas entidades de la sociedad (iglesias, sindicatos, cooperativas, etc.).
Inicialmente, su espíritu fue el deconstruir pequeños espacios de encuentro en el que docentes y alumnos llevaran adelante un proceso de aprendizaje en un marco de comunicación y contención.
El Golpe de Estado de 1976 modificó el proyecto “secundarios de adultos” y sus fundamentos provocando una creciente “escolarización”. Este proceso se profundizó durante la década del `90.
La transferencia a la provincia de Buenos Airesconstituye un hito significativo en la historia de los CENS (caracterizado por idas y vueltas administrativas, en relación a su inclusión en la estructura de la D.G.C. y E.4) y es un buen ejemplo de las políticas de descentralización administrativa con una fuerte concentración del poder y del control en los organismos centrales.
Las instituciones se “escolarizan” (Beltrán Llavador) cuando priorizan loburocrático por sobre las finalidades sustantivas de la institución, y son cuidadosas en el cumplimiento de las normas, condicionadas por una “vigilancia burocrática” que las autoridades institucionales ejercen internamente o se ejerce sobre ellas desde otros organismos de control.
En la Provincia de Buenos Aires, en 1996 se modificó el plan de estudios (206/83 DINEA) y se implementó el planautorizado por Resolución Ministerial Nº 6321/96. La estructura de este plan de estudios generó la fragmentación de la formación técnica (al ofrecer una variedad desarticulada y atomizada de asignaturas) y el debilitamiento del espacio curricular para las ciencias interpretativas (al reducir la carga horaria de las asignaturas relacionadas con las ciencias sociales). Este diseño curricular, claramentefundamentado en el espíritu de la Reforma de los `90 significó una reducción de la “democracia curricular”5 y resultó funcional a las políticas de flexibilización laboral impuestas por el modelo neoliberal.
En este contexto, en el ámbito de la Educación Secundaria para Jóvenes y Adultos, resulta urgente resignificar las relaciones sociales dentro y fuera de la escuela. Un camino posible es...